Es una de las medidas de conservación más antiguas del mundo, permite guardar en óptimas condiciones los alimentos durante mucho más tiempo de manera que estos puedan consumirse en cualquier momento. Los encurtidos, además de un buen tentempié son ideales para estar siempre disponibles en tu despensa y pueden realizarse con cualquier tipo de verdura.

Los ingredientes que necesitas para elaborarlos son sencillos y muy baratos, tan solo debes hacerte con unos tarros de cristas, verduras, agua, sal y vinagre.

¿Vale cualquier verdura u hortaliza?

Casi todas las verduras son candidatas a poder realizar con ellas botes de encurtidos que podrás utilizar cuando te hagan falta. Lo más habitual son los encurtidos de aceitunas, pepinillos, cebolletas…etc. pero lo cierto es que puedes usar este modo de conservación con cualquier hortaliza.

Para garantizar que los encurtidos guardan todas sus propiedades y puedas consumirlos más delante de forma segura, debes utilizar productos de calidad y que estén frescos. A la hora de elaborar estas conservas, existen muchos métodos distintos y dependerán de tus gustos personales. Además, si eres de los que les gusta innovar puedes añadir algunas especias para darle un toque especial.

Preparación

La elaboración de los encurtidos es muy sencilla. Tan solo necesitas contar con buenos ingredientes y seleccionarlos para comenzar a preparar los tarros. En primer lugar deberás lavar bien toda la verdura y cortarla. El tamaño del corte depende del uso que posteriormente vayas a querer darle.

Como norma general puedes cortarla en trozos medianos ya que así entrarán adecuadamente en el bote y cuando estén elaborados podrás comerlos fácilmente. Más o menos todos los trozos deben ser iguales, de esta forma te aseguras una conservación y elaboración más homogénea.

Además, puedes mezclar varias verduras u hortalizas en una misma elaboración obteniendo así una mejor fusión de los sabores.

    Fuente: https://bit.ly/2V5jYu5

    Cuando la verdura esté limpia y cortada deberás preparar la mezcla que servirá de base para su maceración. Para ello, coloca en un recipiente una mezcla de agua y vinagre blanco de vino. Por cada dos medidas de agua deberás aportar una de vinagre.

    En el caso de que te guste mucho el vinagre puedes aumentar la proporción de esta con respecto a la de agua. La cantidad de la mezcla dependerá de la verdura que vayas a encurtir.

    Coloca la verdura en una cazuela y añade la mezcla de agua y vinagre blanco que has elaborado hasta que esta cubra por completo los trozos de hortalizas. Cuando lo tengas todo, enciende el fuego y comienza a calentar las verduras con el agua. Deberás añadir un poco de sal y las especias picadas. Puedes incorporar también alguna hoja de laurel para darle sabor.

    Deja cocinar durante unos 3 minutos ya que no es necesario que la mezcla hierva para poder realizar la elaboración. Cuando las verduras estén calientes llega el momento de preparar los tarros. Vale cualquier tarro de cristal con tapa, puedes aprovechar los de otras conservas para ello.

    Coloca la verdura en su interior, reparte todo el contenido de la cazuela de forma homogénea entre los botes que tengas disponibles y a continuación cubre las verduras con la mezcla de agua, vinagre, sal y especias que queda en la cazuela.

    Coloca la tapa y cierra el bote cuando este está aun caliente para que quede esterilizado. Para completar el proceso déjalo boca abajo durante 24 horas para que se haga el vacío correctamente y la conserva se mantenga. Ahora solo tienes que colocarlos en tu despensa y esperar un par de semanas para consumirlos. Al conservarse en vacío y en vinagre, los encurtidos pueden aguantar varios meses en perfectas condiciones.