La aluminosis es una alteración en el hormigón de los edificios que afecta de forma directa a sus propiedades. El primer efecto es la pérdida de la resistencia mecánica y seguidamente, el deterioro del inmueble, llegando incluso a producirse su derrumbe.

Este problema se localiza en las construcciones donde se ha utilizado hormigón fabricado con cemento aluminoso. Este componente se considera defectuoso, ya que, con el paso de los años, las estructuras van reduciendo su firmeza.

El uso de este material era muy frecuente entre los años 1950 y 1980, lo que originó daños muy graves en algunos edificios ubicados en determinadas zonas con un clima específico.

En la actualidad, las posibilidades de que un inmueble sufra aluminosis son muy reducidas porque el uso de ese tipo de cemento está prohibido en el ámbito de los elementos estructurales.

¿Cómo se detecta la aluminosis?

Los principales síntomas de la aluminosis en una construcción son los siguientes:

  • Con el paso del tiempo, los elementos estructurales dejan las armaduras al aire. Es importante descartar que este efecto no tiene lugar por otras causas, como puede ser una exposición prolongada a la humedad.
  • El hormigón de cemento aluminoso suele ser de color marrón muy oscuro u ocre.
  • Las grietas, las deformaciones y las manchas de óxido en las paredes también suelen ser un indicio de aluminosis.

Además de estos signos que se pueden advertir a simple vista, es necesario que un profesional realice las pruebas pertinentes. En este sentido, deben efectuarse ensayos de difracción de rayos X, químicos y cualitativos para analizar con mayor detalle cuál es el alcance del problema.

¿Cómo tratar un caso de aluminosis?

La solución más eficaz para atajar la aluminosis por completo es colocar una estructura totalmente nueva que sustituya a todos los elementos afectados. En caso de que el deterioro sea generalizado en la mayor parte del edificio, la opción más recomendable es el derribo y la construcción del mismo desde cero.

No obstante, si el cemento aluminoso solo se localiza de forma parcial en algunas zonas del inmueble, se puede optar por otras alternativas menos drásticas. En este supuesto, es posible recurrir a los apuntalamientos en las áreas más críticas o a la instalación de una estructura metálica auxiliar.

Antes de que el estado del edificio empeore, es importante realizar una detección precoz de cualquier anomalía que surja en la estructura. Una vez que aparecen los primeros indicios, se recomienda contratar un programa de inspecciones técnicas periódicas. Solo de esta forma se puede llevar a cabo una reparación eficaz para conseguir los mejores resultados.

¿Qué daños provoca la aluminosis?

Además de los efectos que hemos comentado, también destacan otros que puede originar la aluminosis:

  • Corrosión de las armaduras de cualquier vivienda. Esto se traduce en manchas de óxido, fisuras, deformaciones, desprendimiento de recubrimientos, distintos tipos de roturas, etc.
  • Reducción de la resistencia de la estructura que provoca una pérdida de estabilidad y, en algunos casos, el derrumbe del inmueble.
  • El cemento aluminoso se caracteriza por tener una alta porosidad que repercute negativamente no solo en la resistencia mecánica del hormigón, sino sobre todo en la adherencia con las armaduras.
  • Como consecuencia de una mayor porosidad, este material también es más proclive a que cualquier agente externo se pueda filtrar al interior del edificio.

Hoy en día es poco probable que las nuevas construcciones presenten un problema de aluminosis. Sin embargo, para solventar otros daños materiales en la vivienda es fundamental contar con un Seguro de Hogar MAPFRE que cubre multitud de situaciones relacionadas con atascos, incendios, etc.