Los gatos son animales muy independientes, pero a la vez, necesitan de nuestros cuidados y mimos. Su alimentación es básica para que su salud sea la óptima. Por eso, cuando compartimos nuestra vida con un felino, podemos alimentarlo de dos maneras:

  • Poniendo en su comedero la cantidad recomendada en 24 horas y que él se administre solo cuando vaya teniendo hambre.
  • Repartiendo en tomas la cantidad recomendada, terminando la ración entera cada vez que se pone en el comedero.

Cualquiera de las dos nos sirve, siempre que se tome la cantidad de pienso recomendada en función de su edad, peso, y de su patología en el caso de que exista.

Si el gato come la ración dividida por tomas, nos podrá servir para saber con total seguridad si tiene hambre en cada toma y cuánto apetito tiene; sin embargo, si tiene el pienso sin límite, tendremos que estar más pendientes. La idea de que se le ofrezca la comida racionada, nos será muy útil cuando nuestro gato vomite, ya que podremos ver si come con el mismo apetito, o si termina las raciones completas.

¿Qué diferencia hay entre vómito y regurgitación?

Si observamos restos de comida o saliva por casa, lo lógico es pensar que nuestra mascota ha vomitado, sin embargo, según la descripción, podemos ayudar al veterinario de cara a dar con un diagnostico e identificar si se trata de un vómito o una regurgitación.

Cuando un gato regurgita, este acto no va asociado a un esfuerzo de expulsión como ocurre en el vómito, y la comida suele estar sin digerir, por eso encontramos trozos enteros de pienso en el suelo, por ejemplo; cuando se trata de vómitos, éstos van asociados a un esfuerzo y por tanto, a contracciones abdominales previas a la expulsión del alimento.

¿Cuáles pueden ser las causas de que vomite mi gato?

Existen diferentes causas por las que un gato puede vomitar. Puede tratarse de algo muy simple y cotidiano, a motivos más alarmantes, por eso es importante conocer bien la sintomatología, la edad del animal y, en algunos casos, hasta la raza.

Para hacer un diagnóstico preciso, lo más probable es que se necesiten pruebas complementarias. Una vez hechas, el veterinario podrá determinar qué le ocurre a nuestro gato. El vómito puede ser la consecuencia de:

Gastritis

Se trata de una inflamación de la mucosa gástrica; puede ser aguda o crónica en función de cuando hayan empezado los síntomas.

Puede aparecer, por ejemplo, por ingesta de un tóxico, un cambio en su dieta habitual o si han comido alimentos que no deben; también se pueden incluir enfermedades infecciosas o metabólicas, que darán lugar a una inflamación de la mucosa.

Lo normal es que el animal responda a tratamiento sintomático y dieta, pero es importante acudir cuanto antes al veterinario para obtener un diagnóstico y tratamiento rápido para mejores resultados.

Ingesta de cuerpos extraños

Es más común en gatos jóvenes, pero también podemos encontrar casos en adultos. Tiene lugar cuando ingieren un cuerpo extraño como una moneda, una cuerda, un hilo, o cualquier objeto que entre por la boca y quede atascado en el estómago, provocando estos síntomas.

Mediante una radiografía o ecografía abdominal, el veterinario confirmará el diagnóstico para poder extraerlo cuanto antes o bien mediante endoscopia, siempre que sea posible, o bien mediante cirugía abdominal.

Bolas de pelo

Cuando los gatos se lamen (sobre todo los de pelo largo), se crean bodas de pelo que van quedando atrapadas y que provocan en muchos casos obstrucción intestinal, lo que produce vómitos en el animal.

Para evitarlo, es importante darles su dosis de malta semanalmente. También ayuda el cepillado diario para evitar que el lamido tan excesivo provoque este tipo de bolas de pelo. A veces, las bolas de pelo son tan compactas y duras que podemos identificarlas en el vómito y de no haber sido expulsadas, podrían traerle complicaciones al felino.

Parásitos

Llevar un buen protocolo de desparasitación en gatos es fundamental para evitar que estas parasitosis provoquen, por ejemplo, vómitos. Además, en este caso, irán asociados a pérdida de peso, disminución del apetito.

Bastaría con desparasitar de manera correcta para evitar esta situación.

Neoplasias

Es frecuente en gatos de mediana o avanzada edad. Podemos encontrar neoplasias como el linfoma intestinal, que afecta a diferentes tramos del aparato digestivo, provocando vómitos o anorexia.

Para confirmar que se trata de este tipo de tumor, serán necesarias pruebas como la ecografía abdominal y la biopsia.

Otras enfermedades

Son muchas las enfermedades que comienzan con vómitos como primer síntoma; podemos englobar las metabólicas o infecciosas. Pero antes, es importante acudir al veterinario para que, mediante pruebas como analíticas sanguíneas, y de imagen como ecografía abdominal, pueda sacarnos de dudas y dar con el problema. Estas pueden ser:

  • Insuficiencia renal: crónica o aguda.
  • Hipertiroidismo felino.
  • Diabetes felina.
  • Leucemia, inmunodeficiencia.
  • Otras.

Si tenemos dudas con respecto al estado o deterioro de nuestro gato tras el vómito, podemos extrapolar a nosotros qué haríamos si un día, por ejemplo, llegamos a vomitar tres veces, o si en el vómito se aprecia sangre o no, si estamos decaídos o si no nos movemos de lo mal que nos encontramos.

Un gato con buenas condiciones sanitarias no debería vomitar y no debemos ver este hecho como algo normal. Lo lógico es consultar con un especialista y ver si podemos hacer algo para solucionarlo.

Contar con un profesional que conozca la raza de nuestro gato y pueda ayudarnos siempre que tengamos un problema o duda será de gran ayuda para identificar cualquier problema cuanto antes. Recuerda que MAPFRE cuenta con un Seguro para Mascotas, que cubre, además, daños al animal por accidente, robo o extravío, defensa jurídica, etc.