Las vacunas en gatos son la mejor medicina preventiva para evitar el contagio de enfermedades víricas y bacterianas que se transmiten de uno a otro. El problema añadido en gatos es que, desgraciadamente, hay muchos que viven en la calle y que contactan a diario con otros felinos, aumentando así el riesgo de transmisión de estas enfermedades.

Por tanto, habrá dos tipos de gatos a la hora de valorar un protocolo de vacunación:

  • Gatos de interior: son gatos que no salen de casa al exterior, por ejemplo, los que viven en pisos. Estos felinos no estarán en contacto con otros gatos del exterior, pero sí con sus dueños (que salen a la calle) y con otros animales como, por ejemplo, perros que también salen fuera.
  • Gatos de interior/exterior: son los que viven dentro de casa, pero tienen acceso al exterior, y saltan tapias o cruzan calles, estando más expuestos, ya que pueden estar en contacto con otros gatos que viven en la calle y que les pueden transmitir:
    • Parásitos externos e internos.
    • Enfermedades bacterianas como conjuntivitis.
    • Enfermedades víricas: leucemia, inmunodeficiencia.
    • Muchas otras.

Por tanto, el veterinario valorará la situación de cada gato, para adaptar un protocolo de vacunación adecuando a su estilo de vida.

¿Qué vacunas son las más recomendadas para gatos?

Vacuna trivalente:

Es una vacuna triple que cubre las siguientes enfermedades:

  • Panleucopenia: enfermedad muy contagiosa provocada por un virus que afecta al sistema digestivo de los gatos, produciendo vómitos y diarreas. Puede ser mortal.
  • Rinotraqueitis: provocada también por un virus, afecta a las vías respiratorias, produciendo moco, legaña y congestión. Puede ser leve o agravarse provocando la muerte.
  • Calicivirus: da lugar a enfermedades en las vías altas respiratorias. Provoca rinitis, conjuntivitis y úlceras en la boca.

La vacuna trivalente se pone a los 2 meses de edad. Previa a la vacuna de leucemia que sería la siguiente.

Vacuna para la leucemia

El virus de la leucemia es un retrovirus que afecta a los gatos y que se transmite a través de:

  • La saliva: por ejemplo, en el acicalamiento de un gato a otro gato.
  • Heridas causadas por mordeduras.

Es una enfermedad grave, ya que el virus se multiplica en el torrente sanguíneo, pudiendo el gato presentar síntomas o ser portador y transmitirlo a otro gato. Tiene síntomas inespecíficos como anorexia,decaimiento, pérdida de peso, anemia… o incluso, no tener ninguno. La vacuna de la leucemia se pone a los 15 días de la primera dosis de la trivalente y se debe hacer un test rápido al gato antes de la vacuna para confirmar que no la tiene antes. Estas pruebas se hacen con 3 gotas de sangre y el resultado sale a los pocos minutos. Gracias a ello, se puede saber si el animal es portador o no de las dos enfermedades más importantes en los gatos:

  • La leucemia (tiene vacuna).
  • La inmunodeficiencia (no tiene vacuna).

Una vez que el gato tiene estas dos vacunas puestas, hay que volver a recordarlas cada 15 días, es decir:

  • Vacuna trivalente.
  • Vacuna leucemia (a los 15 días).
  • Vacuna trivalente (segunda dosis).
  • Vacuna leucemia (segunda dosis).

A su vez, en paralelo a las vacunas, debemos desparasitar tanto internamente como externamente al animal. Un dato muy importante es que antes de empezar un protocolo de vacunación y para que sea efectivo, el gato debe estar previamente bien desparasitado, si no, la efectividad de las vacunas por fallo del sistema inmunitario será menor.

Vacuna de la rabia:

La vacuna de la rabia en gatos no es obligatoria, salvo cuando se va a hacer un viaje a otros lugares, aunque sean de la Unión Europea. Para ello, siempre que tengamos previsto un desplazamiento con nuestro gato, debemos informarnos sobre que vacunas son las obligatorias dependiendo dónde vayamos. En muchos países nos pedirán la vacuna de rabia, por ejemplo, con 21 o hasta 30 días de antelación.

Lo mismo ocurre con el microchip, que, aunque en España hay comunidades en las que es obligatorio ponerlo a partir de los 3 meses, en otras no y siempre es recomendable hacerlo para que, si nuestro gato se pierde, podamos encontrarle más fácilmente.

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Gema García Quintero
Veterinaria