La higiene en un gato es distinta a la de un perro, ya que es menos frecuente que salgan a la calle, por lo que:

  • No chupan ni olisquean a otros gatos.
  • No se revuelcan en el césped o tierra.
  • No se mojan las patitas cuando llueve.
  • No suelen tener un fuerte olor corporal, como ocurre con alguna raza de perros.

En el caso de que nuestro felino sí salga al exterior, puede ser lavado siempre y cuando su manejo lo permita. Al ser gatos más “independientes” será aún más complicado hacerlo.

En ambos casos, lo cierto es que los gatos en general se estresan bastante más que los perros con el agua, por lo que no se recomienda, salvo sea necesario, darles un baño. Además, son más higiénicos que otras mascotas y mediante su lengua mantendrán un pelo limpio y aseado que evitará malos olores, grasa o suciedad.

¿Cuándo debo bañarle?

  • Es bueno mantenle aseado siempre: intentar acostumbrarle desde pequeño.
  • Por suciedad puntual: diarreas, vómito o si se ensucia por algo en concreto.
  • Por prescripción veterinaria: por lesiones en la piel u otra patología.

Aun así, hay quien se siente más cómodo bañando a su mascota una vez al mes o cada dos meses y no habría ningún problema siempre y cuando le hayamos acostumbrado desde que es un cachorro, con delicadeza y mucha paciencia.

No tiene ningún sentido bañar por primera vez a un gato adulto, ya que, en su primer contacto con el agua, lo más probable es que ponga resistencia, saque sus uñas para defenderse e incluso pueda mordernos y escaparse.

Hay que tener en cuenta, que esto puede causarle un gran estrés a nuestro gato, por eso, debemos ser cautelosos y no forzarle a nada.

¿Cómo debemos hacerlo?

  • Habrá que buscar el momento del día en que se encuentre más tranquilo para evitarle mayor estrés.
  • No darle de comer antes del baño.
  • No usar agua muy caliente ni bañeras con mucha profundidad.
  • Intentar cortar las uñas antes del baño para evitar arañazos.

¿Cómo podemos acostumbrarle?

  • Desde bien pequeño podemos llenar la bañera solo a la altura de las patitas con agua templada, ni muy fría ni muy caliente y con jabón.
  • Utilizar un jabón adecuado para gatos, no sirve uno infantil o cualquiera de adultos, ya que el PH de su piel es diferente y además, podría hacerle daño a sus ojos.
  • Poco a poco iremos mojando su piel evitando la zona de la cabeza que suele ser la que menos les gusta.
  • Secar con toalla al principio y así evitar ruidos como el secador, que les asustará bastante.

De esta manera, cada vez será menos estresante… pero no debemos desesperar, porque cada gato tiene un carácter, y puede darse el caso en el que no seamos capaces de bañarle con normalidad.

¿Qué podemos hacer en casa para mantener una buena higiene?

Los gatos son lo suficientemente limpios como para que no necesiten ser bañados a menudo salvo excepciones, por ejemplo, los gatos de pelo largo son más propensos a ensuciarse, en los de color blanco se ve más si se han manchado por ejemplo con alguna salsa, etc.

Para mantener una higiene adecuada e ir acostumbrándoles, podemos fijarnos en tres cosas básicas:

Orejas

Es bueno acostumbrarles a que les limpiemos las orejas una vez a la semana. Existen limpiadores óticos para evitar la formación se cera y con la ayuda de una gasa esterilizada, también podemos limpiar la parte exterior de la oreja, que en el caso de los gatos tiene muchos recovecos en los que se puede almacenar suciedad.

Uñas

Es recomendable que aquellos felinos que viven con nosotros tengan las uñas limpias y cortas, de esta manera evitaremos que nos estropeen los muebles de la casa, ya que no tendrán la necesidad de limárselas constantemente. Para la higiene de sus uñas y dedos podemos utilizar una toallita húmeda sin alcohol.

Ojos

Una de las partes más importantes en la higiene de los gatos, son sus ojos. Ellos suelen limpiarlos a menudo con la ayuda de sus patas delanteras y su saliva, pero aún así, si vemos que tiene, podemos quitarlas con una gasa y agua tibia. En el caso de que las legañas no sean transparentes y esporádicas (que es lo normal), y pasen a ser amarillas o verdosas, debemos acudir al veterinario para que pueda comprobar si hay algún problema y tratarlo.

Un gato es un animal muy limpio y observaremos que desde que son muy pequeños, con unos dos meses, pronto empiezan a usar su arenero y a acicalarse.

Normalmente suelen hacerlo a diario, de hecho, un síntoma de que nuestro felino pueda estar enfermo es que de repente deje de hacerlo o cada vez lo haga menos a menudo.  Si observáramos esto, lo más recomendable es acudir al veterinario, ya que puede tener alguna molestia, dolor o malestar general.

Si tenemos dudas al respecto, MAPFRE cuenta con un seguro para Mascotas que tiene, entre otras coberturas asistencia veterinaria del animal, incluyendo gastos de consulta, pruebas diagnósticas, análisis de laboratorio, intervenciones quirúrgicas, hospitalización y gastos de asistencia veterinaria a domicilio. ¡Descubre todas sus ventajas!