Los expertos recomiendan concertar, al menos, una tutoría en el colegio para hablar con el profesor del desarrollo del niño en las aulas. No obstante, lo ideal es reunirse cada trimestre para evaluar mejor su evolución a lo largo del curso. En estas tutorías, el profesor ofrece una visión global del comportamiento del menor en clase, su relación con los compañeros, el esfuerzo, los deberes y la atención que muestra, etc.

Además, brinda una perspectiva de las áreas que se le dan mejor y de aquellas sobre las que hay que trabajar más, así como orientación en ciertos aspectos, ya sea sobre las asignaturas o sobre temas puntuales de educación. Estas entrevistas con el tutor son fundamentales, ya que ofrecen a los padres una visión de lo que hace su hijo mientras no están con él, y al mismo tiempo es una oportunidad para iniciar una comunicación bidireccional con el profesor y así poder trabajar todos juntos en una misma dirección. En fin, lo necesario para encauzar la educación del niño.

Esa es la visión ideal de una tutoría en el colegio. Pero, como en todo, el resultado depende de la buena voluntad y el buen hacer de los padres y del profesor. Hay algunos que se centran únicamente en las cuestiones académicas y dejan de lado la inteligencia emocional o los valores, siendo todos igual de importantes de cara a una educación integral. El éxito de una persona no se mide únicamente por sus calificaciones, y lo mismo ocurre con los niños.

Aunque la preparación de lo que se va a contar en la entrevista es misión del profesor, no está de más que los padres preparen previamente los puntos a tratar.

¿Qué temas tratar en una tutoría?

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Los padres no deben ir a la tutoría con una actitud pasiva, dispuestos a escuchar sin intervenir. Antes de la cita, padre y madre deben pensar los temas que sería bueno abordar, en qué aspectos pedir consejo o de qué forma verificar si la percepción del colegio y la familia coinciden, ya que en muchos casos las versiones sobre el niño son diferentes.

Si hay alguna cuestión especialmente grave, la tutoría debe girar única y exclusivamente en torno a ella. De no ser así, hay que evitar los monográficos. Lo mejor es abordar un amplio abanico de temas, desde las asignaturas, hasta la relación con los compañeros, el carácter, el desarrollo de virtudes (sinceridad, orden, generosidad, esfuerzo…), etc.

Si los padres están interesados en alguna cuestión en concreto, deben avisar previamente al profesor para que éste pueda recabar toda la información al respecto. Si el profesor responde de forma genérica a dichas inquietudes, no está de más pedirle que consiga más datos para ofrecer a los padres una visión más concreta del problema. No obstante, cuando el tutor hace caso omiso y solo ofrece informaciones ambiguas de forma habitual, quizá es conveniente pedir un cambio de tutor, siempre que sea posible.

También puede darse la situación contraria, en la que los padres no quieran admitir las limitaciones de sus hijos. En tal caso, la tutoría sería ineficaz. Enfocar la tutoría con prejuicios es un mal planteamiento. Hay que partir de la base de que ninguna de las partes es perfecta: tanto al colegio como a las familias se les pueden encontrar multitud de defectos.

    Para concretar, algunos de los puntos que se pueden abordar en la entrevista con el tutor son:

    • Cuál es el punto fuerte y el débil del niño.
    • Qué aspecto de su carácter conviene reforzar.
    • Qué calificación, del uno al diez, puede darnos el tutor sobre ciertos aspectos de nuestro hijo, tales como compañerismo o capacidad de trabajo.
    • Averiguar si en su forma de estudio predomina el razonamiento o la memoria.
    • Cómo se relaciona con el resto de compañeros y con sus amigos en particular.
    • Cómo es su comportamiento en clase.
    • Cuál es su actitud hacia el colegio.
    • Concretar de qué manera puede ayudar el niño a su familia o a sus amigos.
    • Qué se puede hacer en casa para ayudar al niño a cumplir sus objetivos.

    Tips para sacar el máximo partido a una tutoría en el colegio

    Afrontar con éxito una tutoría en el colegio pasa por seguir una serie de principios básicos:

    La educación es cosa de dos

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    Merece la pena hacer un esfuerzo y cuadrar agendas para que ambos cónyuges puedan asistir a la tutoría con el profesor, ya que todos los temas relacionados con la educación de los hijos interesan a ambos por igual.

    Sinceridad

    Uno de los principios obligatorios para llegar a buen puerto es la sinceridad y la confianza. Es importante contar al profesor todo aquello que ocurra dentro de la familia que pueda alterar el comportamiento del niño. No se trata de desvelar intimidades, sino de saber mantener la privacidad y al mismo tiempo informar al colegio de los hechos importantes.

    Consenso entre padres

    Antes de la tutoría, los padres deben hablar de los temas a tratar, no solo por fijar una ruta a seguir, sino también para averiguar si hay discrepancias entre ellos y llegar a un consenso común. No hay peor imagen que la de mostrar disparidad y hasta enfrentamientos delante del profesor.

    Hablar con los hijos

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    Si los niños son mayores, se les puede preguntar por los temas que le preocupen o su opinión en determinados asuntos. Ellos son la mejor fuente de información para orientar a los padres sobre los puntos a tratar en la tutoría.

    Ser positivos

    Tener una actitud positiva implica valorar la reunión con el tutor como una poderosa herramienta en pro de la educación del niño. Aunque lo que profesor transmita del niño sea negativo o discutible no hay que ponerse a la defensiva. No cabe duda de que los padres son los que mejor conocen a su hijo, pero el niño puede tener ciertas actitudes en el colegio que no muestre en el hogar.

    Establecer metas conjuntas

    Al final de la reunión tiene que haber tiempo para marcar objetivos y establecer, de forma conjunta con el profesor, el camino a seguir para conseguir dichas metas. Lo interesante es concretar de qué forma participará cada una de las partes a la hora de reforzar al niño en dichos objetivos.