Las cocinas de cualquier hogar suelen tener las paredes revestidas con algún tipo de material cerámico que permita limpiarlos con facilidad a la vez que proteja de las humedades. Estos alicatados cerámicos tienen el gran inconveniente de la dificultad para su sustitución, pero, hoy en día, hay alternativas para cambiar nuestros revestimientos de paredes de cocina sin obra.

Revestimientos adhesivos para paredes de cocina

La opción más directa y sencilla se centra en recubrir nuestro actual revestimiento con algún tipo de material pegado que podamos colocar de manera sencilla, con nuestras propias manos y sin utilizar ningún tipo de herramienta especial.

Actualmente existen varias opciones de elementos adhesivos preparados para cocinas.

Papel pintado

Se trata de un material compuesto por fibras de papel y cartón recubierto con algún tipo de material plástico para dotarlo de cierta impermeabilidad. Son ideales tanto para cocinas como para aseos y existe una cantidad de diseños inimaginables: desde los más básicos y neutros, hasta los más extravagantes y patrones de cualquier color. Al tratarse de una superficie continua, los diseños permiten plasmar grandes dibujos y composiciones muy libres que otros materiales destinados a ser colocados por piezas no nos permiten.

Para fomentar esta continuidad y la facilidad de instalación, los papeles pintados vienen en rollos de aproximadamente 120 cm de ancho y con la suficiente longitud (260-320 cm) para poder colocarlos de suelo a techo en cualquier vivienda. Por lo tanto, solo nos encontraremos con una única junta vertical en el solape de dos rollos, que será fácilmente disimulable si colocamos el papel con cierta habilidad. Sin embargo, si vamos a colocar nuestro papel pintado en la cocina y más concretamente, en la zona de la pared situada entre la encimera y los muebles altos, elegiremos un rollo con una anchura menor (55-60 cm) y lo colocaremos de forma horizontal.

El proceso de instalación es muy sencillo:

  1. En primer lugar, nos aseguraremos de comprar un papel lavable y resistente a la humedad.

  1. Mediremos nuestro hueco y pasaremos estas medidas al papel.
  2. Con un simple cúter o tijeras contaremos el material asegurando siempre unos cortes limpios y ortogonales.

  1. Si el papel es autoadhesivo, retiraremos un pequeño tramo del papel protector, pegaremos ese lado a la pared e iremos despegando la protección a la vez que pegando el papel poco a poco y con la ayuda de una espátula de plástico para evitar burbujas.
  2. Si el papel no es autoadhesivo, tendremos que encolar primero la pared con la ayuda de una brocha gorda y cola especial para papeles pintados. Tras pegarlo, pasaremos un cepillo de escoba para asegurar su adherencia.
  3. Finalmente, si nos encontramos con algún mecanismo eléctrico, como una llave de luz o un enchufe, simplemente haremos un corte en aspa con el cúter y a continuación recortaremos el papel para, posteriormente, volver a colocar el embellecedor dejando oculto los cortes.

Elementos autoadhesivos por piezas

Un gran sustituto a los grandes rollos de papel pintado son las piezas a modo de puzle. Pueden tratarse del mismo material que el papel, pero de distinto formato o por el contrario, nos los podemos encontrar 100% plásticos imitando cualquier tipo de acabado, desde madera, ladrillo o cerámica.

Son mucho más versátiles si solamente queremos dar un cambio de imagen a pequeños paños de pared o rincones donde el papel pintado sería difícil instalar.

Sus diseños están más orientados a realizar mosaicos o patrones de repetición como podrían ser la imitación al ladrillo visto o a pequeñas piezas cerámicas tradicionales.

Su proceso de instalación es incluso más sencillo que el de los rollos de papel pintado:

  1. Tendremos que replantear el inicio de la instalación pensando dónde dejaremos las piezas recortadas si hiciera falta.
  2. Limpiaremos y secaremos la perfección la superficie.
  3. Descubriremos el autoadhesivo de cada pieza y simplemente las iremos pegando con las manos haciendo algo de presión en cada colocación.

Microcemento

Otra solución para los revestimientos de cocina sin obras es utilizar microcemento. Sin embargo, este material es un poco más complicado de aplicar y aconsejamos contar con un profesional.

Se trata de un material continuo muy parecido a la pintura por su grosor y aplicación, pero está compuesto por una serie de conglomerados de cemento y aditivos químicos, junto con la instalación de una fina malla de fibra de vidrio en su interior para evitar posibles fisuras.

Mantienen un acabado continuo, sin juntas y con unas terminaciones que imitan el hormigón visto, pero permitiéndonos utilizar una amplia gama de colores y texturas.

Cambiar los revestimientos de paredes de cocina sin obras es un proceso que podremos hacer nosotros mismos en casa, sin embargo, siempre es aconsejable contar con un Seguro de Hogar MAPFRE que nos ofrezca el soporte que necesitemos frente a cualquier incidencia.

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