Durante mucho tiempo, la mayoría de estilos de decoración, como el lagom o el minimalismo se han basado en una armonía general tanto de colores, como de texturas y materiales. Sin embargo, hoy en día existen infinidad de tipos de contrastes para decorar que son tendencia en estos años.

No todo vale, y mucho menos hablando de la decoración del hogar. Diseñar buenos contrastes no es cosa fácil y requiere de un mínimo de gusto y de conocimiento de algunas nociones básicas de diseño.

A continuación, veremos cinco ideas para que tus contrastes decorativos sean armoniosos y efectivos.

Contraste entre blanco y negro

El contraste entre los colores más opuestos es el más marcado de todos. El blanco y el negro combinan muy bien, pero hay que saber utilizarlo en su justa medida.

Es recomendable utilizar el blanco como color de fondo para ir metiendo poco a poco algunos elementos negros que contrasten, pero sin llegar a sobrecargar los ambientes.

Por ejemplo, podemos utilizar un sofá negro frente a una pared blanca siempre y cuando existan otros pequeños elementos también negros que le apoyen en el resto del salón. Sin embargo, no es muy oportuno utilizar un suelo con esa misma combinación de colores con este tipo de mobiliario.

Los detalles en negro tienen que ser muy sutiles, pero perfectamente pueden estar presentes en la mayoría de muebles o elementos, desde ventanas hasta luminarias.

Contaste de materiales antiguos y modernos

No solo los colores pueden ser expresivos a la hora de diseñar un interior. Las texturas y materiales juegan un papel fundamental.

Hoy en día existe una gran variedad de materiales que imitan a otros materiales, bien sean cerámicas simulando piedras naturales, suelos que imitan madera o pinturas que parecen estucos, pero sin lugar a dudas, no hay nada como utilizar cada uno de ellos en su versión más pura.

Por ejemplo, la combinación entre materiales toscos y en bruto con materiales nobles y planos son un gran acierto. Al enfrentar una pared acabada con una pintura blanca mate común de interior con un muro antiguo de piedra natural, resaltan ambos materiales y sus estéticas quedan realzadas gracias a su contraste.

Contraste de texturas

Si no queremos combinar diferentes materiales porque dentro de nuestro diseño existe la premisa de utilizar el menor número de materiales diferentes, podemos combinar distintas texturas o de la disposición en la que los colocamos.

En el caso de revestimientos de suelos y paredes, podemos jugar con colocaciones a espiga, con acabados similares, pero alguno más rugoso que otro o marcando las zonas húmedas del resto de la vivienda con unos acabados brillo frente a los acabados mate tan característicos del salón.

También son tendencia los espacios monocromo, pero con distintos materiales y texturas. El rey de todos ellos es, sin duda alguna, el ladrillo visto blanco. Combina a la perfección con muebles lacados en blanco o incluso con suelos y techos blancos. Además de inundar de luz la estancia, consigue dotarla de una personalidad inconfundible.

Un único elemento de contraste

Si buscamos un diseño que podamos renovar en cualquier momento y con el mínimo esfuerzo, tenemos que plantearnos la posibilidad de utilizar un único elemento de un color distinto al resto de acabados y muebles de la casa. De esta manera, si nos cansamos de él, simplemente lo sustituiremos por otro.

Por ejemplo, es muy habitual plantear un interiorismo basado exclusivamente en el blanco. De esta forma, con que utilicemos un mueble de un color muy vivo, crearemos un ambiente de contraste muy potente con muy poco esfuerzo.

Esta estrategia funciona a la perfección en interiores donde el hilo conductor es un color claro como el beige o el crema y no solo podemos meter un mueble de color, también podemos jugar con el verde de las plantas o los cojines.

Ambientes luminosos y oscuros

No todo son los colores y las texturas, la manera de iluminar un espacio es fundamental para determinar las sensaciones que este transmite a quien lo vive. En función del carácter del ambiente que busquemos, tendremos que utilizar un tipo de bombilla determinado.

Todas las luminarias tienen un espectro de color que van desde el blanco más puro al amarillo, lo que se suele conocer como luz fría y luz cálida respectivamente. Este rango oscila entre los 1000k – 9000k, siendo las luminarias de 4000k las más neutras.

La combinación de ambientes en un mismo espacio únicamente con variación de luz es una sensación única e indescriptible, porque, pese a ser esencialmente visual como el contraste de colores, las sensaciones que transmiten son mucho más intensas.

Todo hogar necesita de un estilo de interiores marcado y armonioso, pero este siempre requiere de cierto mantenimiento con el paso de los años, para ello, lo mejor es contar con un Seguro de Hogar MAPFRE que nos transmita seguridad.

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