Siempre es una muy buena opción cerrar el hueco de las escaleras de la buhardilla, replanteando la vida de estas habitaciones para darle un uso más estacional, como podría ser una sala de juegos, un salón, un estudio o incluso un dormitorio.

Como regla general, las buhardillas no suelen tener paredes o puertas que las independicen de la caja de escaleras de la vivienda. Por eso, es habitual plantear una reforma para cerrar el pequeño acceso a ellas creando así una habitación totalmente independiente al resto de la casa.

A la hora de afrontar este cerramiento, podemos encontrarnos con varias posibilidades en función de nuestros gustos y necesidades. Cada una de ellas con su respectivas características y diferencias en cuanto a diseño, precio y acabados.

Cerramiento de pladur

Cerrar la buhardilla con pladur seguramente es la opción más económica de todas. No obstante, tendremos que comparar bien las distintas opciones ya que la forma o geometría de nuestra buhardilla puede influir notablemente en el precio del cerramiento.

Este cerramiento consigue crear una terminación totalmente idéntica a cualquier pared interior de casa, es decir, apenas apreciaremos que estas paredes se han construido a posteriori del resto. Pueden ser pintadas como las demás paredes del hogar, incluso ponerle rodapié e instalar una puerta abatible o corredera.

Tienen el inconveniente de que son totalmente opacas y por lo tanto no dejan pasar la luz que pueda venir de la parte inferior de la casa. Aunque, igualmente, la mayoría de las buhardillas se iluminan mediante lucernarios colocados en los techos, por lo que la ausencia de luz desde el inferior no suele ser un problema.

En el interior de estos nuevos tabiques de pladur podremos colocar aislante térmico y acústico, normalmente en forma de lana de roca mineral, que consiga independizar correctamente los espacios. De esta manera, conseguiremos un aislamiento acústico total respecto a las zonas comunes de la vivienda. Todo dependerá del grosor del aislante y, por lo tanto, del grosor del tabique. Lo más habitual es utilizar unos 4-5 cm de espesor de aislamiento, llegando hasta los 10 cm en total de tabique contando con las placas de pladur de ambas caras que, a su vez, también pueden ser simples, dobles o triples.

Cerramiento de vidrio

Posiblemente el cerramiento de vidrio sea el más habitual a la hora de cerrar buhardillas. Es muy rápido de instalar y la obra, al tratarse de un montaje en seco, no genera las mismas molestias que una obra tradicional.

Podemos colocar paños de vidrio de suelo a techo cerrando todo el perímetro de la escalera o podemos apoyarnos directamente encima de la barandilla existente si no queremos desprendernos de ella.

Como gran ventaja, los cerramientos de vidrio permiten la entrada total de luz desde el hueco de la escalera, así como iluminar las escaleras gracias a los lucernarios de la buhardilla. Eso sí, su total transparencia juega en contra de la privacidad que buscamos a la hora de cerrar la buhardilla. Sin embargo, para mitigar, en la medida de la posible esta falta de intimidad, siempre podemos optar por colocar vidrios translúcidos o un butiral blanco, siempre y cuando utilizamos un vidrio laminado.

La carpintería que sujeta estos cerramientos de vidrio puede ser de aluminio, PVC o madera. Cada una de ellas con sus peculiaridades en cuanto a terminaciones, colores e incluso precio.

Cerramiento de paneles

Si buscamos una solución intermedia entre la comodidad de la instalación de los cerramientos de vidrio y el acabado opaco de los cerramientos de pladur, podemos optar por la colocación de paneles prefabricados de varios materiales, siendo el PVC el más común debido a su fácil montaje y su ajustado presupuesto.

Seguramente no se trate de la solución más bonita o elegante, pero puede resolver nuestro problema a la perfección sin un coste muy elevado.

Cerramiento decorativo de madera

Si nuestra buhardilla se encuentra junto a una doble altura y, por lo tanto, el cerramiento que instalemos va a ser visible desde el resto de la casa, lo mejor sin duda es buscar un diseño integral de decoración que vaya al unísono con el interiorismo de la vivienda.

Existen innumerables opciones decorativas para cerrar la buhardilla, pero la más destacada utiliza lamas de madera colocadas en vertical a modo de pared tamizada. Consiguiendo dejar que pase la luz a la vez que damos algo de privacidad al espacio interior.

Cualquiera de estas instalaciones requiere de su correspondiente licencia de obras y de técnicos profesionales que la lleven a cabo. Una vez hecho el cerramiento ahora toca decorarla y colocar los muebles para optimizar el espacio y poder crear una nueva habitación.

Es importante contar son el Seguro de Hogar MAPFRE para mantener tu vivienda protegida en cualquier momento.

CALCULA TU PRECIO