Soldar los cables es la mejor manera para realizar empalmes y asegurarnos que van a permanecer unidos durante mucho tiempo.

Herramientas necesarias 

Si queremos realizar una soldadura para unir dos cables, necesitaremos un soldador eléctrico, un pincel, pasta desoxidante, cinta aislante y, por supuesto, una bobina de estaño.

Lo primero que tendremos que hacer es aplicar pasta desoxidante con un pincel en la unión que hayamos realizado para evitar que se produzca oxidación y los cables queden dañados e incluso inservibles.

A continuación, tendremos que poner a calentar el soldador y, una vez que haya cogido la temperatura necesaria, lo pasaremos por debajo de la unión de los cables para que estos se vayan calentando y se ablande la pasta que hemos aplicado anteriormente.

Fundir el estaño 

El siguiente paso es quizás el más difícil, ya que tendremos que hacer uso de la bobina de estaño. Debemos apoyar la punta del estaño sobre la unión de los cables ya calientes y colocar justo debajo el soldador, pero siempre con cuidado de no tocar bajo ningún concepto el cable pues lo quemaríamos. El estaño se irá fundiendo y cubriendo los alambres del cable poco a poco. Debemos asegurarnos de que el lugar donde acaba el alambre y empieza el forro del cable quede bien sellado también.

Por último, tendremos que dejar enfriar la soldadura un tiempo hasta que el estaño líquido se convierta en una masa sólida que deje bien fijados los cables. Cuando esto suceda, podemos recubrir la unión con cinta aislante.

De esta manera, los cables habrán quedado soldados y permanecerán unidos para siempre de una manera que, aunque parezca difícil, es bastante sencilla.