El hormigón armado no es más que la unión de los dos materiales por excelencia utilizados para realizar estructuras: el hormigón y el acero. Con su trabajo conjunto se busca aumentar su resistencia y conseguir así un nuevo material que trabaje mejor en todo tipo de esfuerzos.

El hormigón lleva empleándose en la construcción desde la época de los romanos, pero únicamente podría soportar las cargas de compresión, ya que es un material que trabaja a la perfección en este sentido, eso sí, necesita de mucha masa y volumen para funcionar correctamente, esto es denominado hormigón en masa.

Sin embargo, a principios del siglo XIX, se empezó a investigar acerca de sus posibilidades, y fue en Francia donde se probó por primera vez un nuevo concepto: utilizar acero en su interior para mejorar su capacidad a tracción. El acero es un material maleable y que no sólo funciona bien echándole peso encima, sino también tirando de él. Esto quiere decir que trabaja genial tanto a compresión como a tracción. Y es aquí donde la presencia del acero en el interior del hormigón fue una innovación que revolucionó el mundo de la construcción para siempre.

¿De qué se compone el hormigón armado?

De una manera simplificada, podemos decir que el hormigón armado está compuesto por hormigón y barras de acero corrugadas, sin embargo, normalmente se le suelen añadir algunos aditivos para dotarlo de ciertas particularidades según sus necesidades. Pueden ser únicamente de tipo estético, añadiendo algún tipo de colorante, o para incrementar su resistencia con algún compuesto con fibras de vidrio.

A su vez, el mismo hormigón se compone de varios materiales: agua, cemento y áridos, que normalmente suelen ser arena y grava. El tamaño de estos áridos es un factor muy importante a tener en cuenta, ya que podremos conseguir hormigones más fluidos o más secos según estos tamaños.

Autor: José Moreno Ferre

Estructuras de hormigón armado

Podemos decir que es el material más extendido en nuestro país para levantar las estructuras de la mayoría de edificios que hay en nuestras ciudades. Esto es así por su gran versatilidad y por su razonable coste.

Con él podemos realizar prácticamente cualquier elemento estructural que se nos ocurra, desde las cimentaciones como losas o zapatas, hasta forjados, muros , pilares, cubiertas o escaleras. Ya que tenemos la posibilidad de darle cualquier forma que queramos.

El material es muy moldeable y su proceso de fabricación no difiere mucho de los bizcochos que hacemos en casa. Su forma va a estar determinada por el recipiente en el que lo vertamos, ya que el hormigón es un material fluido que se puede adaptar a cualquier geometría.

Son las barras de acero las que tendremos que montar primero con la forma que queramos, a continuación, montaremos el encofrado (el molde) y por último verteremos el hormigón.

Habrá que asegurarse que llega correctamente a cada esquina del molde mediante una técnica constructiva llamada vibrado, que debería garantizar la mejor fluidez posible y la desaparición de posibles burbujas de aire en su interior.

Autor: Jose Moreno Ferre

Acabados y texturas para el hormigón armado visto

Todos hemos visto en algún momento un muro de hormigón que parece tener la textura de la madera, esto se debe a que el hormigón armado refleja la textura del material que se usase como encofrado. Si para conformar el molde del hormigón antes de su vertido usamos, por ejemplo, tablillas de madera, los nudos y las estrías de estas se marcarán para siempre en el hormigón. Esto nos aporta una infinidad de posibilidades para conseguir texturas, pero eso sí, hay que diseñarlas y preverlas en el momento inicial de la obra. Ya que una vez vertido, secado y curado, esa textura será definitiv

Requisitos y recomendaciones para una buena ejecución del hormigón armado.

Al tratarse de un material estructural, debe pasar ciertas pruebas de calidad antes y durante su ejecución, como por ejemplo la prueba del cono de Abrams, que mide su consistencia en el momento del vertido.

Es muy importante dejar pasar al menos 28 días de curado para que el hormigón armado llegue a tener su resistencia definitiva, mientras tanto, no debería estar soportando mucha más carga que su peso propio y se recomienda regarlo con agua los días posteriores al vertido para sustituir las pérdidas por retracción debidas al calor y al sol.

Normalmente los elementos estructurales deben tener su propio seguro relacionado con el constructor o la dirección facultativa, sin embargo, nunca está de más contar con un Seguro de Hogar MAPFRE para cualquier imprevisto que el transcurso de una obra o su posterior habitabilidad pueda ocasionarnos.