Los perros, igual que las personas, pueden tener hipo. En ocasiones, éste puede durar unos segundos y llegar a hacernos gracia, pero si esta situación dura más tiempo del habitual o si aparece todos los días, tendremos que buscar la causa e intentar evitar su aparición.

En las partes anatómicas que se ven implicadas en el hipo destaca el diafragma de los perros, que al igual que en las personas, es un tejido músculo tendinoso que ayuda en la respiración. Separa la cavidad torácica de la cavidad abdominal.

Cuando el diafragma sufre un espasmo involuntario y se contrae, provoca el hipo. En ese espasmo, las cuerdas vocales se cierran de forma involuntaria.

¿Por qué aparece el hipo?

El hipo sucede por distintas causas. Suelen ser similares a las que aparecen en personas:

  • Estado de nerviosismo: ocurre en perros muy nerviosos y coincide cuando van a comer o beber, o si su estado de ánimo previo está muy acelerado.

Para evitar este problema, podemos:

  • Tranquilizarle antes de comer y no poner la comida hasta que su estado sea más relajado.
  • Evitar darle de comer nada más subir del paseo, ya que el perro vendrá muy alerta, jadeando y provocará que coma con un estado de nervios bastante marcado.
  • Comer o beber demasiado deprisa: existen dos tipos de perros:
    • Los que comen dos o tres veces al día, con la alimentación pesada: estos saben cuál es su hora de comer y cuándo viene el cuenco con la comida. Algunos hasta babean cuando ven al propietario con el cuenco en la mano.

Son perros que pueden comer tranquilamente, pero los hay que comen de una manera ansiosa. A estos últimos, será más fácil que les aparezca hipo.

También les ocurre con el agua, que van directos y beben como si llevasen semanas si hacerlo.

Podemos intentar evitar esta situación:

  • Utilizando comederos especiales que llevan dentro laberintos en los que al perro no le entra el hocico y tardará más tiempo en sacar las bolas de pienso.
  • Introducir objetos en su comedero habitual para que se le haga más difícil coger la comida de golpe y de manera ansiosa.
  • Perros que tienen la comida ad libitum: en este caso, suelen ser perros de razas pequeñas, y no habrá ansiedad por la comida, ya que, al tenerla todo el día, irán, cogerán un granito y se irán, y así, sucesivamente. Serán menos propensos a tener hipo.
  • Problemas estomacales: esto es menos frecuente en perros, pero puede ocurrir.

Por ejemplo, gastritis, úlceras, comidas copiosas… Si el hipo no remite en 24 horas, deberemos acudir al veterinario para confirmar que no ocurre nada malo.

¿Qué puedo hacer?

El hipo es más frecuente en cachorros porque:

  • Comen más nerviosos.
  • Son más ansiosos.
  • Tienen pocos momentos de tranquilidad.

Es importante no extrapolarlo a personas y asustar a nuestro perro para que se le pase, porque no servirá de nada.

Podemos realizar las siguientes acciones:

  • Tranquilizarle y relajarle con palabras y caricias para que su respiración sea más lenta y el hipo remita.
  • Jugar o tirar la pelota para que se distraiga y su forma de respirar cambie y pare el hipo.
  • Darle un baño para entretenerle. Debemos tener en cuenta que es importante secarle después muy bien.

El hipo deberá remitir por sí solo y dejar de aparecer, pero si vemos que no remite en 24 horas, tendremos que acudir a nuestro veterinario para que pueda observar al animal y comprobar que no haya ningún problema.

MAPFRE cuenta con un Seguro de Mascotas que incluye los daños que le sucedan al animal, además de su estancia en una residencia canina en caso de que el asegurado sea hospitalizado y un consultorio telefónico para consultas veterinarias sobre el manejo, la alimentación o las vacunaciones de nuestro fiel compañero.