Las dos razas son ideales para familias con niños, aunque hay que resaltar que es importante poder dedicarles horas al día a ambos, sobre todo los primeros años de vida, ya que son perros muy juguetones y con una gran actividad.

Lo normal es que no se queden tranquilos en su cama esperando nuestra llegada después de un día de trabajo, como sucede con otras razas más pequeñas o pausadas.

En caso de valorar tener uno de los dos en un piso, es importante tener en cuenta que tendremos que sacarles bastante de paseo, ya que necesitan correr, buscar y sobre todo jugar. Muchos de ellos mantienen esta actitud de cachorro aun siendo más mayores.

Se trata de perros muy inteligentes, los Labradores, por ejemplo, se caracterizan por ser excelentes perros guía, ayudando cada día con su trabajo a personas con discapacidades.

¿Qué diferencias físicas hay?

Ambos son perros de tamaño medio-grande y de consistencia fuerte. En el caso de los machos, aún más que las hembras.

El pelo

Esta es la característica que más diferencia a estas razas. Los labradores pueden ser de tres colores: negro, amarillo o de color chocolate (marrón), su pelo es corto y uniforme en color. Se deben cepillar a menudo para quitar el pelo muerto, ya que, aunque se trate de una raza de pelo corto son habituales sus mudas. Además, pueden bañarse mensualmente y les suele gustar mucho el agua.

Los Golden, por el contrario, tienen el pelo más largo y sus tonalidades son color crema o dorados. Su cepillado podrá evitar que se le hagan nudos, sobre todo en los faldones, la parte posterior de las patas, debajo de las orejas, o aquellas zonas donde pueden hacerse pequeños nudos.

El tamaño

Los Golden pueden llegar a ser más altos que los Labradores, y siempre los machos mayores que las hembras. También en función de la línea de la propia raza, los Golden son más esbeltos que los Labradores, siendo estos últimos más compactos.

El resto de características que comparten son similares. Son perros longevos que, a pesar de algunas patologías típicas de cada raza, suelen vivir hasta los 10 años e incluso más.

Son razas muy inteligentes que aprenden rápido y tienen orígenes de perros de caza. Debemos tener en cuenta que, al tratarse de animales de carácter bueno, juguetones y amables, son ideales para crecer con niños, salvo excepciones.

Se adaptan bien a distintos espacios, pero necesitan liberar energía, correr y pasarlo bien, y así evitar el sobrepeso sobre todo en el Labrador, que suele ser más propenso.

Aprenderán órdenes rápido, trucos y sabrán qué deben hacer si les damos buenas pautas desde cachorros.

 

¿Qué patologías pueden tener?

Al adquirir cualquiera de estas dos razas, debemos confirmar que son perros “libres de displasia”, tanto de codo como de cadera. No es algo complicado de comprobar, ya que puede apreciarse si en la línea genealógica esta patología está descartada.

Además, debemos controlar en ellos el sobrepeso mediante ejercicio y control en la alimentación, sobre todo en aquellos perros que hayan sido esterilizados.

Si tenemos dudas sobre cuál de estas dos razas será nuestro compañero de vida, el veterinario nos puede ayudar. Si se le explica la situación familiar, siempre podrá asesorarnos sobre qué raza es mejor para cada situación.

Si buscamos un perro sedentario al que le guste pasar tardes de lluvia en el sofá, estas razas no son las más aconsejables, ya que tanto el Labrador como el Golden disfrutan jugando con los charcos.

Hay que reconocer que ambas razas son extraordinariamente buenas. Son perros buenos, dóciles, cariñosos y fieles, por lo que podrán formar parte de la familia como un miembro más.

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