Los diagnósticos diferenciales de por qué un perro cojea son varios, y todos ellos tienen en común el dolor.

Podemos clasificarlos en varios grupos que explicaremos uno a uno más adelante:

  • Cojeras por traumatismos en almohadillas, uñas y dedos.
  • Cojeras musculo-tendinosas.
  • Cojeras articulares.
  • Cojeras óseas.

¿Por qué cojea un perro?

Siempre que una cojera no remita en el tiempo y cause mucho dolor, debemos acudir a un veterinario para que nos explique la causa y su solución.

Las cojeras pueden ser por:

Traumatismos en almohadillas, uñas y dedos

Almohadillas

Cuando salimos de paseo, el perro puede cortarse con un cristal, incluso sangrar poco y que no nos demos cuenta, pero al llegar a casa y mirar bien sus extremidades, nos percatamos de que hay un corte en una almohadilla. Esto le generará dolor e intentará no apoyar la extremidad para así evitarlo.

Uñas

Las uñas son una parte que molesta bastante hasta el punto de producir cojera en el animal por:

  • Rotura de uñas: pueden partirse en la base, dejando la pulpa expuesta y cada vez que se roce con algo generará dolor.
  • Infección en la base: entre la piel y la uña puede producirse una infección que también dolerá al caminar y provocará cojera. Esta infección puede llegar al dedo.

Dedos

Según la temporada, nuestras mascotas pueden tener entre los dedos cuerpos extraños como espigas, que generarán infección, dolor y cojera y que deberán ser atendidas por un veterinario:

Cojeras musculo-tendinosas

Pueden ocurrir en perros que suelen hacer mucho ejercicio. Son lesiones musculares como roturas de fibras, distensiones musculares, sobrecarga, etc.

Esto generará en nuestros compañeros peludos una cojera que suele ser complicada de solucionar, ya que necesita bastante reposo, algo que en un perro es complicado.

Cojeras articulares

Una articulación es una estructura anatómica que permite el movimiento entre dos o más huesos. Están formadas por un cartílago que recubre el extremo de los huesos implicados en la articulación, y un líquido que, por así decirlo, actúa como lubricante. Todo ello envuelto por la cápsula articular.

Si alguna de estas partes no funciona de forma correcta, aparecerá dolor, y por tanto cojera en el perro.

Podemos englobarlas en dos grupos:

  1. Cachorros y jóvenes:
  • Alteración en el desarrollo del cartílago.
  • Displasias de cadera y codo son las más frecuentes.
  1. Adultos y geriátricos:
  • Problemas degenerativos/artrosis.
  • Ligamento cruzado roto.
  • Problemas sistémicos: cojeras por leishmania.
  • Artritis: sépticas, inmunomediadas…

Cojeras óseas

  • Fracturas: son cojeras agudas y graves que cursan con mucho dolor. Al tocarlo se quejará e incluso puede llegar a morder al propietario, solo por dolor.
  • Tumores: pueden aparecer en animales de avanzada edad.

Para confirmar este tipo de cojeras, se necesita hacer una radiografía, en la que el veterinario valorará qué hacer y cuál será la mejor solución.

¿Qué puedo hacer?

Cuando veamos que nuestro perro cojea, si por manejo es viable, podemos explorarle en casa y nos ayudará a valorar si es urgente o puede esperar.

Curar almohadillas y uñas

Siempre es preferible empezar la exploración por la parte más distal, mirar que las uñas no estén partidas, que no haya ningún corte en las almohadillas o ningún orificio, etc.

Las almohadillas, con el calor o agentes externos, pueden sufrir quemaduras y generar dolor y cojera. Con esta sencilla observación, podremos ver las quemaduras o si se están levantando. Lo ideal es taparlas con un vendaje almohadillado, para que no le moleste al caminar hasta que podamos llevarle al veterinario y que lo valore bien por si pudiese infectarse.

Las “espiguillas” suelen ser frecuentes en épocas de calor, desde marzo hasta septiembre, incluso. Tienden a engancharse entre los dedos e ir migrando hacia el interior. Pueden entrar por la palma de la mano y el pie e ir moviéndose hacia arriba, provocando inflamación, dolor y, por ello, cojera. Por eso, después del paseo, se deben revisar muy bien las patas para confirmar que no hay nada que pueda provocar estos problemas.

Otras dolencias

El resto de las cojeras, tanto musculares, articulares como óseas, siempre deben ser valoradas por un veterinario, para saber el origen y cuál es la mejor solución.

Hay que tener en cuenta que, si un perro cojea durante 3 semanas de la extremidad posterior derecha, por ejemplo, todo el peso lo estará cargando sobre el izquierdo, provocando lesiones en dicha extremidad por la sobrecarga.