Antes de decidirnos a tener peces en casa, debemos plantearnos varias cuestiones:

  • Tiempo que podamos dedicar a los peces, sobre todo a la limpieza del acuario, cambiar el agua, etc.
  • Espacio donde pondremos el acuario. No es lo mismo uno pequeño que uno grande, y esto será importante a la hora de elegir qué tipo de pez queremos.
  • Dinero que gastaremos en accesorios como adornos, filtros, termómetro, comida, etc.

Una vez que hayamos valorado los pros y los contras y hayamos decidido comenzar esta nueva aventura de cuidar peces, es importante tener en cuenta que si somos principiantes en la materia, son más recomendables los peces de agua fría.

Éstos se caracterizan por ser más resistentes que los de aguas tropicales, se adaptan mejor a los cambios de temperatura y por ello, son más fáciles de mantener y de cuidar que otro tipo de peces.

Una vez elijamos la especie de pez de agua fría, es importante informarnos sobre la temperatura adecuada que debe tener el agua, que puede variar entre los 18 y los 24ºC, pero mejor confirmarlo con un termómetro en el agua.

Son peces de agua fría, por ejemplo:

  • Pez telescopio.
  • Goldfish.
  • Shubunkin.

Acuario

Lo primero, es importante elegir el tipo de pez que vamos a tener para decidir el acuario que necesitará cuando crezca. Debemos informarnos bien del tamaño del animal, ya que cuando sea adulto, tiene que poder nadar de una manera cómoda y contar con el espacio suficiente.

El acuario debe tener un filtro, cuya función es depurar el agua varias veces al día o, en algunos casos, de manera continua. Este filtro tiene que limpiarse a menudo, puesto que los residuos y restos de comida pueden quedar estancados en él y contaminar el agua.

En la base del acuario, es bueno poner accesorios como grava (sustrato), piedras de colores o lisas, plantas donde puedan esconderse los peces u otros adornos; también necesitará un termómetro para controlar las variaciones de temperatura.

Una vez por semana, habrá que cambiar el agua, dejando un 25% mínimo del agua inicial para evitar que noten un cambio muy brusco.

Adaptación

Una vez tengamos el acuario preparado, ya podremos ir a buscar a nuestro pez. Es importante una vez lo llevemos a casa, lo mantengamos un tiempo de 20 minutos aproximadamente dentro de la bolsa de agua en la que le transportemos.

Esto permitirá que el pez se adapte de la temperatura inicial de la bolsa a la temperatura que tenga el acuario. Los peces son animales delicados y los cambios bruscos de temperatura pueden provocar su muerte. El termómetro podrá ayudarnos a controlar este tema.

El pez se adaptará a su nuevo ambiente rápido. Al principio, puedes comprobar que nada más despacio, pero poco a poco se irá acostumbrando.

En el caso de que haya más peces u otras especies, habrá que vigilar que no le ataquen o que no se aprecien enfermedades en el nuevo miembro del acuario. Para ello, comprueba que tenga las escamas lisas y sin manchas blandas, lo que puede denotar una enfermedad. Si así fuese, debemos aislarlo del resto de peces.

Alimentación

Cuando alimentamos a nuestros peces, debemos pensar cómo lo harían ellos de manera natural:

  • Lo ideal es darle pequeñas cantidades varias veces al día (hasta 4-6 veces en función de la disponibilidad)
  • No debemos sobrealimentar, ya que la comida se quedará en el acuario e irá a los filtros y ensuciará el agua.
  • Pondremos una pizca de comida, si se termina esa cantidad, es que está bien, si los peces la dejan flotando, estaremos sobrealimentando.
  • A veces, si hay algún viaje organizado, podemos poner en el acuario unas pastillas que duran hasta 3 días y que van soltando la comida de los peces.

Los peces de agua fría son una gran elección cuando disponemos de poco tiempo para dedicar al acuario, sobre todo por no tener que mantener el agua caliente. No obstante, siempre que tenemos un animal en casa es una responsabilidad y tendremos que preguntarnos en cada caso si somos aptos para hacernos cargo de ellos.