El 20 de febrero se celebra el Día Internacional del Gato, una fecha que homenajea la muerte de Socks (Calcetines), uno de los gatos más famosos del mundo por formar parte de la familia Clinton y vivir en la Casa Blanca desde 1993 a 2009. Socks fue adoptado por los Clinton como regalo para su hija Chelsea y pronto se convirtió en uno de los personajes más fotografiados de aquella etapa presidencial. Y es que el minino no solo se ganó el cariño de su familia adoptiva, sino el de toda una nación. Incluso se le encomendó el cargo honorífico de Primer Gato de los Estados Unidos.

Los gatos que tenemos en nuestras casas quizá sean más modestos que Socks, pero no por ello reciben menos atenciones: mimos, cuidados, visitas al veterinario, pero también ciertos caprichos que no lo son tanto porque suponen, al fin y al cabo, una forma de mantener un estilo de vida saludable. Las camas para gatos son un buen ejemplo de ello. En el mercado encontraremos infinidad de propuestas a cada cual más dispar, pero en esta época de frío conviene elegir la que resulte más cálida para ellos.

Los gatos y el frío

Los gatos son más sensibles a las bajas temperaturas de lo que pueda parecer. A pesar de que la muda de pelo de otoño les prepara para enfrentarse al invierno o de que les veamos pisando superficies a más de cincuenta grados sin pestañear, eso no quiere decir que estos animales sean insensibles a los cambios de temperatura. Es más, les afectan mucho más que a nosotros.

Hay algunas razas con las que hay que tener especial cuidado, como el sphynx o gato esfinge, el levkoy ucraniano, el siamés, o el peterbald, entre otras. La razón se encuentra en que tienen poco pelo –un aislante natural-, lo que hace que se enfrenten peor al frío y al calor. Además, los gatos enfermos, recién nacidos o mayores son también muy sensibles a las bajas temperaturas. Pero ¿qué podemos hacer nosotros para que nuestro gato se sienta cómodo en invierno? Muy sencillo, recurrir a pequeños mecanismos que permiten hacer de sus camas y lugares de descanso auténticos paraísos del calor.

Camas para gatos en radiadores

El radiador ha sido siempre uno de los lugares preferidos de nuestros gatos. Si a esto unimos el hecho de que les encantan las alturas, entonces la última tendencia en sueño animal no puede ser más certera.

Se trata de pequeñas camas y hamacas que se colocan en la parte superior de los radiadores para convertirse en el nuevo rincón favorito de nuestras mascotas. Los acabados y las posibilidades son muchas: algunos incluyen fundas realizadas con diversos materiales encaminados a crear un lugar agradable para dormir. Además, disponen de sujeciones ajustables para poder insertarlas en cualquier tipo de radiador.

Las hay incluso aptas para gatos más pesados, gracias a que incorporan un marco metálico y rígido muy resistente.

Otro tipo de camas igual de confortables son aquellas que emanan calor y cuyo sistema es similar al de las mantas eléctricas. Además, las hay en diversos formatos: cueva, rosquilla, o colchones. Todas ellas son las más indicadas si tu gato sufre de alguna enfermedad relacionada con los huesos, como la artritis, aunque el calor no penetra directamente en las articulaciones, sí proporciona cierto alivio y descanso al animal.

Las hay también de lana sintética o rellenas de espuma, perfectas para mantener el calor en invierno y el frescor en verano. Incluso hay camas ortopédicas: una bendición para los gatos más longevos.

Así que, ya lo sabes: si quieres que tu gato disfrute de las horas de sueño en invierno, invierte en camas cálidas y acogedoras. Para cubrir todas las necesidades de tu minino, el Seguro para Mascotas MAPFRE te ayuda a dar respuesta a todas las demandas de seguridad y salud de tu mascota.
 

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