Lo más importante es detectar por qué se nos queman las ollas y sartenes, así podremos evitar que nos vuelva a pasar. Hay algunos motivos por los que pasa esto:

  • Temperatura demasiado alta
  • Falta de líquido, si se cocina con muy poco líquido en la olla, los alimentos pueden quemarse rápidamente y pegarse al fondo
  • Tiempo de cocción prolongado y no mover los alimentos durante el cocinado.
  • Olla en mal estado: si el fondo de la olla está desgastado o dañado, es más propensa a quemarse, ya que puede tener puntos calientes que generan un calor desigual.
  • Uso de ollas de materiales inadecuados: algunos materiales como el aluminio, son más propensos a quemarse que otros como el acero inoxidable.

Por lo tanto, para evitar que las ollas se quemen, es importante cocinar a fuego medio o bajo, mantener suficiente líquido en la olla, revolver los alimentos regularmente y utilizar ollas en buen estado y adecuadas para la preparación de los alimentos.

Pero si ya se te ha quemado, ponte manos a la obra. Eliminar el negro del requemado es más fácil de lo que parece tanto por dentro como por fuera, y por si un truco no te funciona a la primera, te dejamos varios para que vayas probando.

¿Cómo arreglar una olla quemada por el interior?

Mucho cuidado con el estropajo que vayas a usar, no vaya a ser peor el remedio que la enfermedad. Sólo puedes utilizarlo si tu cacerola no lleva cobertura antiadherente, en caso contrario usa una esponja suave para teflón (o la parte suave del estropajo, en el caso de los que tienen dos materiales.) Lo que nos va a ayudar a eliminar el quemado son las sustancias ácidas.

Bicarbonato y agua

Para quitar el quemado de la olla con bicarbonato:

  • Disuelve y calienta una cucharada sopera de bicarbonato por cada litro y medio de agua.
  • Deja que hierva unos 5 minutos.
  • Después retira del fuego.
  • Raspa el fondo con una espátula de madera para eliminar toda la parte quemada.
  • Vacía la olla
  • Friega con estropajo suave y jabón
  • Deja secar.

Refresco de cola

Sí, has leído bien. También es ácido, así que sirve un vaso grande, échalo en tu cacerola y ponlo a calentar a fuego bajo. Cuando hierva haz lo mismo que con el remedio anterior: rasca el fondo con un utensilio de madera hasta que salga todo y habrás limpiado tu olla quemada.

Vinagre

Utiliza vinagre blanco, cubre el fondo y ponlo a calentar a fuego lento y deja que se evapore por completo. Después friega tu olla y la dejarás como nueva.

Frotar con limón

Se puede limpiar la olla quemada con limón, utiliza limones cortados por la mitad, haz alguna incisión suave para que salga más zumo. Este remedio se utiliza después de alguno de los anteriores, si te han funcionado pero te queda algún resto. Simplemente frota con el medio limón hasta que desaparezca todo el negro, y después friega la cacerola.

Sal con agua

Quita todos los restos de comida, añade 4 dedos de agua y 2 cucharadas grandes de sal, deja reposar una hora y después lava la olla. También puedes calentar la mezcla, apagar el fuego y dejar reposar, después puedes fregarla.

Jabón para lavar platos y agua

En el momento en que se queme la olla y hayas retirado lo que estabas cocinando, aprovecha el calor del recipiente y echa un chorrito de jabón líquido para fregar platos, una buena cantidad de agua del grifo y vuelve a ponerlo al fuego, si utilizas vitrocerámica incluso puedes apagarla y dejar que se caliente con el calor residual. Después friega y frota con esponja suave.

¿Cómo limpiar una olla por la parte de fuera?

Cuando es la parte de fuera la que se ha ennegrecido, lávala bien y después, poniéndola boca abajo cubre la base con bicarbonato. No escatimes en este paso. A continuación, vaporiza con vinagre (si usas un spray te asegurarás de hacerlo de manera suave y sin quitar el bicarbonato). Deja reposar media hora bien cubierto con la mezcla, y después aclara y lava con un estropajo y jabón líquido.

¿Cómo no limpiar las ollas quemadas?

Nunca debemos usar objetos metálicos como cuchillos, esponjas de metal o estropajos de aluminio para arreglar una olla quemada. Estos objetos pueden rayar o dañar la superficie de la olla, lo que hará más difícil su limpieza y puede afectar su funcionamiento en el futuro. Además, el uso de productos químicos agresivos o dañinos, como lejía o limpiadores abrasivos, también debe evitarse, ya que pueden dañar el revestimiento antiadherente de la cacerola. Es mejor utilizar utensilios de cocina suaves como esponjas no abrasivas o cepillos de cerdas suaves.

Ten mucho cuidado cuando te metas en la cocina, vigila siempre el fuego cuando estés cocinando y no dejes las cacerolas puestas sin supervisión. Además te recomendamos contratar siempre un Seguro de Hogar MAPFRE para aquellos imprevistos en los que necesites una ayuda extra.

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