Los cambios de temporada implican que nuestra vida también se vea afectada. Deberás cambiar la ropa del armario para adecuarla a la temperatura exterior y poner a punto tu casa con una buena limpieza general. Aunque este proceso puede dar un poco de pereza, si te organizas bien y cuentas con un plan dividido en días, podrás limpiar toda tu casa de una manera eficaz en menos tiempo del que imaginas.

Organizar una limpieza general

Lo primero que debes hacer es conocer el tiempo del que dispones para realizar la limpieza. Para ayudarte a gestionar mejor, divide las tareas por habitaciones. Así te será mucho más sencillo continuar avanzando hasta que dejes tu hogar preparado para la nueva temporada.

Uno de los espacios del hogar que más pereza puede darte a la hora de limpiar es la cocina, debido a que a diario se acumulan en ella restos de grasa que son difíciles de eliminar. Además, hay que tener en cuenta que aquí es donde se encuentran la mayoría de los electrodomésticos y que cada uno de ellos requiere una limpieza exhaustiva. Para que no te tires de los pelos y sepas por dónde empezar, te mostramos los siguientes consejos para limpiar los electrodomésticos de tu cocina.

Limpiar los electrodomésticos de tu cocina

Toda cocina que se precie necesita disponer de electrodomésticos ya que son elementos de uso diario. Por eso mismo, también son los que sufren más daños y se manchan más. Para mantenerlos a punto y evitar malos olores o problemas con las bacterias, deberás conocer cómo limpiar de la forma más eficaz cada uno de ellos.

Limpiar la lavadora

La lavadora también debe limpiarse y aunque algunas incluyen programas propios para la desinfección del tambor, lo cierto es que no debes descuidar algunas tareas de mantenimiento que te ayudarán a gastar menos energía y a que la ropa salga limpia y sin olores desagradables.

Para evitar que las pelusas, pelos u objetos que hayan podido introducirse en la lavadora atasquen las tuberías, este electrodoméstico está equipado con un filtro. A él es donde van a parar todos estos restos y es una de las partes más vulnerables de tu lavadora. Por este motivo, mantenerlo en óptimas condiciones será esencial para alargar la vida útil de la máquina. Por tanto, será necesario que lo retires y limpies cada cierto tiempo. Dependiendo de la frecuencia de uso, deberás limpiarlo más o menos frecuentemente, pero bastará con que lo hagas una vez al mes.

La goma de la lavadora suele acumular gran cantidad de suciedad debido a que está en continuo contacto con el agua y el jabón. La acumulación de humedad en esta zona puede hacer que aparezca moho y olores desagradables causados por bacterias, por ello, lo mejor que puedes hacer es secar esta zona después de cada lavado y dejar la puerta abierta para que la humedad se evapore.

En algunos casos, por falta de tiempo, no es posible realizar esta tarea a diario, por lo que deberás hacerlo de forma periódica. Para limpiarla tan solo será necesario que uses un trapo humedecido en agua caliente con un poco de jabón. En el caso de que la suciedad sea rebelde, podrás eliminarla utilizando un producto quita grasas.

Si existen manchas de moho podrás realizar una mezcla para crear tu propio limpiador casero usando 3 litros de agua, el zumo de un limón y 250 mililitros de agua oxigenada. Aplica la mezcla con un espray y deja actuar durante unos minutos. Pasa un paño limpio por toda la superficie de la goma hasta que el moho desaparezca.

Con el mismo líquido puedes limpiar el tambor y el cajetín para eliminar los restos de detergente. Cuando hayas finalizado, vierte el resto del contenido del espray en el hueco reservado para el detergente y pon tu lavadora usando un ciclo largo de lavado a alta temperatura. Una vez finalizado, seca bien la goma y deja abierta la puerta hasta el siguiente uso.

Limpiar el horno

Puedes limpiar tu horno utilizando productos específicos para ello, ya que la grasa incrustada en muchas ocasiones es muy difícil de eliminar y necesita de tratamientos específicos. Si usas uno de estos productos es importante que sigas las instrucciones del fabricante y lo dejes actuar el tiempo necesario. Recuerda, que siempre debe estar frío.

A continuación, aclara para que no queden restos utilizando un paño húmedo. Para eliminar la suciedad humedece el paño en un cubo con agua caliente y reemplázalo cada vez que se engrase demasiado. Cuando todo el producto haya sido retirado, lava el interior del horno con agua y lavavajillas aclarando bien. Tras dejarlo secar ya estará listo para volver a usarse.

Limpiar el frigorífico

En el frigorífico se conservan todos los alimentos que vas a consumir y eso significa que debe estar limpio y libre de bacterias. Lo más importante es que las baldas que vayan a contener la comida estén siempre limpias y secas, sin restos orgánicos que puedan provocar malos olores.

Para poder limpiar más a fondo y de una forma más cómoda, vacía el frigorífico. Todas las baldas y partes que puedan extraerse podrás lavarlas cómodamente en el fregadero usando agua caliente y jabón. En el caso de que exista suciedad incrustada no dudes en utilizar un producto quita grasas. Cuando esté todo limpio seca bien cada uno de ellos antes de colocarlos de nuevo.

Fuente: http://bit.ly/2kSTu2r

La bandeja de drenaje, es un elemento que incorporan los frigoríficos y en la que se acumular todos los líquidos que se desprenden en su interior. Para evitar los malos olores en esta zona es conveniente que la desinfectes con agua y lejía.

Las juntas de las puertas, también suelen acumular mucha suciedad, por lo que debes hacer hincapié en ellas usando un limpiador adecuado y un cepillo de dientes para llegar a todos los rincones.

El exterior es la parte más visible y la que más marcas de manos puede presentar, para eliminarlos tan solo necesitarás mezclar un poco de vinagre con agua y aplicarlo por toda la superficie. Para lograr el mejor acabado, seca con un trapo limpio.

Por último, solo queda limpiar la parte trasera. En esta zona es donde más polvo y pelusas se acumulan. Esto puede hacer que el frigorífico no sea capaz de regular la temperatura, lo que puede provocar una avería. El mantenimiento de esta zona es sencillo, tan solo deberás usar un plumero para eliminar de forma frecuente todo el polvo que haya podido acumularse en la parte trasera del mismo.