El ajo se define como una planta bulbosa y pertenece a la familia Liliaceae. Además de ser un producto básico en nuestra gastronomía, tiene múltiples beneficios para nuestra salud, como por ejemplo propiedades antiinflamatorias o para mejorar los problemas respiratorios.

¿Cómo se clasifican los ajos según su cuello?

En función del cuello del ajo, se puede clasificar en duro o blando. En los ajos de cuello duro encontramos cuatro diferentes:

– Ajo German red: suele tener dos cabezas con dientes grandes.

– Asian tempest: tiene como máximo ocho dientes y normalmente produce menos cantidad que la versión anterior.

– Merrifield rocambole: esta variante es mucho más grande que el German red y también tiende a formar dos cabezas.

– Spanish roja rocambole: este ajo es de tamaño medio y se puede almacenar hasta seis meses.

En el caso de los ajos de cuello blando, pueden rendir mucho más que los de cuello duro y se conservan en perfecto estado durante más tiempo (hasta 8 meses). Dentro de este tipo de ajos tenemos:

– Inchellium red: tiene una cabeza grande y suave, aunque es bastante complicado quitar su cáscara.

– New York White: lo identificarás porque tiene rayas moradas y una cabeza más pequeña.

– Susanville: este tipo es el que mejor responde a la conservación.

¿Y según su color?

Los ajos también pueden tener diferente coloración:

– Rosados: son los más fuertes en sabor y se suelen comer crudos en ensaladas o hervidos en agua con aceite y limón, aunque también podemos encontrarlos fritos.

– Violetas: los de este color también tienen un sabor bastante fuerte.

– Morados: con un sabor menos intenso y más suave es perfecto para quienes no quieran emociones fuertes en su paladar.

– Blancos y castaños: tienen las mismas características que los morados.

– Colorados: son de sabor fuerte, al igual que los rosados.

– Negros: este tipo de ajo es el más oscuro. Además, su valor e intensidad se van incrementando con el paso del tiempo.

Conociendo los diferentes tipos de ajos que existen ya puedes darle un toque más especial a tus platos porque seguro que eres una de esas personas a las que les gusta cuidar cada detalle. Del mismo modo, también puedes proteger tu vivienda frente a cualquier imprevisto con el Seguro de Hogar MAPFRE. Puedes informarte del que más se ajusta a tu estilo de vida y necesidades.