Para realizar conexiones eléctricas de manera segura, es recomendable el uso de clemas. Estos elementos permiten evitar accidentes en la instalación y hacer que la duración de ésta sea más duradera en el tiempo. Te contamos qué tipos de clemas hay y cuál usar en cada caso.

Qué son las clemas y por qué deberías utilizarlas

Las clemas de conexión son un dispositivo que cuenta con una parte metálica para la conducción de la electricidad y una carcasa de plástico con orificios. Éstos permitirán realizar la conexión de diferentes cables de una forma muy sencilla y segura. Tiene además unos tornillos que ayudan a sujetar los cables.

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El uso de clemas es importante, ya que estos elementos evitan unir los cables con cinta aislante, que puede provocar fallos eléctricos en tu vivienda. Éstos pueden hacer que el sistema cortocircuite e incluso producir un incendio. Para evitarlo, nada mejor que utilizar clemas de conexión y disponer de un Seguro de Hogar MAPFRE para disfrutar de tu hogar sin preocupaciones.

Además, de evitar accidentes, las clemas tienen una serie de ventajas:

  • Evitan sobrecalentamientos repentinos y protegen contra los cortocircuitos.
  • Se instalan de una manera sencilla.
  • Sirven para organizar el cableado por polos.
  • Son aislantes.

Qué tipos de clema hay

En el mercado puedes encontrar dos tipos distintos tipos de clemas que se utilizan para diferentes instalaciones. A continuación te contamos cuáles son las más comunes:

  • Clemas con patas
  • Clemas sin patas

Usos de las clemas con y sin patas

Son transparentes o de color y tienen una capacidad para una sección máxima de cable de 4, 6, 10, 16 y 25 milímetros cuadrados. Vienen en regletas con varias unidades (10 o 12) para que puedas recortarlas y utilizar las que necesites en cada momento. Esta operación puede realizarse de forma sencilla utilizando un cúter. Las clemas con o sin patas se utilizan en el interior de una superficie. Aquellas que disponen de patas laterales ayudan a que se puedan fijar más fácilmente en las superficies logrando un mejor agarre en ellas.

Cómo realizar la instalación

Una vez elegidas las clemas ya podrás realizar la conexión de los distintos cables. Debes tener en cuenta que éstos deben ser siempre del mismo tipo, es decir, los neutros (grises, marrones o negros, deberán ir juntos; los de toma de tierra (amarillo-verde) con los de toma de tierra y los de fase con los de fase (azul). Si mezclas diferentes tipos en la misma clema puedes provocar un cortocircuito. Teniendo esto en cuenta, si quieres unir dos cables con una clema puedes utilizar dos métodos:

Introducir un cable por cada extremo

Debes pelar cada cable usando un pelacables de manera que los hilos de cobre queden al descubierto. A continuación, afloja los tornillos e introduce en cada uno de los polos un cable. Aprieta de nuevo y comprueba que están bien fijados y sin hilos en el exterior.

Introducir los cables juntos en un mismo polo

Pela el cable con un pelacables para retirar el plástico aislante y trenza los hilos de cobre por ambos lados. Después, afloja los tornillos e introduce los cables entrelazados por el polo elegido. Comprueba que todos los filamentos están en el interior de la clema y gira los tornillos usando un destornillador plano. Esta opción puede ser muy útil cuando se quieren unir dos cables que cuentan con la misma tensión como suelen ser los de tierra o los de fase.