El barro cocido es un material que ha sido utilizado para fabricar elementos constructivos desde hace cientos, incluso miles de años. Los griegos fueron los primeros en introducir este versátil material de construcción en la península ibérica. Y ya desde entonces era un material con un origen muy natural y sostenible.

Hoy en día se sigue utilizando para todo tipo de construcciones e incluso para otras aplicaciones fuera del campo de la arquitectura. Muchos de sus procesos de fabricación son muy similares a cómo se trabaja antiguamente y eso lo hace ser un material muy respetuoso con el medio ambiente.

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La vuelta al uso de materiales tradicionales está más en auge que nunca, ya que la preocupación por el cambio climático está a la orden del día. Por ese motivo muchas construcciones modernas utilizan materiales sostenibles que además de ser perfectos para su función, son premiados por su sostenibilidad.

¿Qué es exactamente el barro cocido?

El barro cocido está compuesto principalmente por materiales naturales como arcillas y agua, que tras pasar por un proceso de cocción en hornos adquieren ciertas propiedades que lo dotan de características idóneas para ser utilizados de infinidad de formas. Sin embargo, si esta cocción supera los 600 grados de temperatura, el barro se convierte en cerámica y este estado de la materia ya es irreversible. No podremos volver a su estado inicial.

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El barro cocido tiene importantes propiedades como su gran inercia térmica o su baja radioactividad. A su vez ayuda a regular la humedad en el interior de cualquier espacio a través de su transpiración constante. Sin embargo, puede ser atacado por el salitre y algunas inclemencias meteorológicas extremas con el paso del tiempo.

¿Por qué es sostenible el barro cocido?

El proceso de fabricación del barro cocido suele ser muy tradicional y se utilizan las mismas simples infraestructuras que se usaban hace cientos de años. Su mano de obra es muy especializada, pero nada tecnológica. Se basa únicamente en las manos del artesano que mezcla y da forma a las piezas y a los hornos de cocción. Para terminar el proceso, también se suele contar con grandes espacios de secado.

En todo este proceso se consigue no desperdiciar prácticamente nada de material. Todo el sobrante, tras pasar por los respectivos moldes que dan forma a cada pieza, puede reutilizarse sin ningún problema. De esta forma se consigue reducir casi al máximo la cantidad de residuos que se generan. Este es uno de sus puntos fuertes frente a otros materiales que generan muchos desperdicios y que por lo tanto contaminan nuestro planeta.

A su vez, los procesos de fabricación, compra, transporte y posterior colocación en obra suelen ser de manera local. Esto es debido a su facilidad de fabricación y de los pocos recursos necesarios para llevarlo a cabo. Por lo tanto, no tendremos que importar el barro cocido desde grandes distancias, ahorrándonos todo el impacto medioambiental del transporte y gestión del material.

Aplicaciones de barro cocido

Por lo general, se suelen fabricar piezas pequeñas de barro cocido para poder ser manipuladas fácilmente por cualquier operario con sus propias manos. Además de ahorrarnos grandes maquinarias y la contaminación asociada que llevan consigo, estas piezas son perfectas para ladrillos, tejas, losas o incluso algún tipo de aplacado vertical.

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Es muy habitual encontrarnos tejas de barro cocido en las tradicionales cubiertas inclinadas de todo el entorno del mar Mediterráneo.

A su vez, el uso de barro cocido como pavimento es también muy característico de esta zona. Tanto para interiores como para exteriores. Sin embargo, a veces requiere de alguna protección para preservarlos de la humedad o para mantener su brillo con el paso de los años.

Su aspecto rústico es ideal para paredes, suelos y detalles ornamentales en proyectos rurales con carácter tradicional.

Realmente el barro cocido tiene un aspecto y tacto muy característico, que, utilizado con cierto gusto y conocimiento, es perfecto para viviendas unifamiliares sostenibles con el medio ambiente.

Al tratarse de piezas naturales, el paso del tiempo les afecta al igual que a cualquier otra, así como posibles incidencias que pueden suceder en nuestro hogar, para ello siempre es recomendable contar con un Seguro de Hogar MAPFRE que nos aporte esa tranquilidad que tanto necesitamos en nuestro día a día.