Cuando tenemos una mascota en casa es importante diferenciar en qué momento puede estar enferma o encontrarse mal. A veces resulta complicado diferenciar si es algo pasajero o tiene más trascendencia, ya que aunque notemos un cambio en su actitud, los animales son muy resistentes y al no quejarse, no facilitan la tarea de identificación.

En ocasiones existen “pistas” que nos ayudan a saber si nuestro perro debe acudir al veterinario o no para poder tratarlo; éstas, nos servirá tanto en el caso de los perros como de los gatos u otras mascotas:

  • Si disminuye el apetito o desaparecen las ganas de comer (anorexia).
  • Si presentan vómitos o regurgitación.
  • Presencia de decaimiento.
  • Orina con sangre, menos cantidad de orina y a veces mayor cantidad.
  • Diarrea con o sin sangre.
  • Toses o estornudos constantes y que no remiten.
  • Ataxia o incoordinación al caminar.

Siempre que aparezcan estos síntomas será importante acudir al veterinario, para que mediante sus diagnósticos diferenciales, puedan darnos una determinación y un tratamiento para poner fin a esa patología.

¿Puedo darle vitaminas?

Nunca por nuestra cuenta. Cuando un perro toma un pienso o alimento completo y se pone enfermo, es raro que sea por una falta de vitaminas, sino más bien será porque algo le está ocurriendo.

Los suplementos de vitaminas deben usarse en casos como:

  • Después de superar una patología bien diagnosticada y tratada, hasta que recupere su estado normal y mientras no coma al 100×100 le ayude un multivitamínico. Por ejemplo en anemias, cuadros de gastroenteritis severas.
  • En perros o gatos después de ser hospitalizados, ya que les ayudará a recuperar su estado normal (también durante la hospitalización).
  • Después de cirugías: para recuperarse algo mejor pueden ser ayudados con vitaminas, pero aparte, tendrán su tratamiento con antibióticos, antinflamatorios, protectores, analgesia…
  • En cachorros de raza pequeña para evitar posibles bajadas de glucosa si no comen bien y hay que ayudarles. Después de las vacunaciones, si son muy pequeños, también puede servir.
  • Si existe falta de una vitamina diagnosticada mediante una analítica, por ejemplo, vitamina B.

Es muy importante recalcar que las vitaminas no van a curar ninguna patología y no son sustitutos de medicaciones necesarias para muchos tratamientos. Por ejemplo, un cuadro de deshidratación severa por gastroenteritis aguda no va a resolverse con vitaminas, ayudarán, pero su tratamiento sería fluidoterapia, protectores y en muchos casos antibióticos.

¿Cuándo debemos suministrar antibióticos?

Empezaremos definiendo qué es un antibiótico. Se trata de una sustancia química, que destruye microorganismos, sobre todo bacterias. Por tanto, solo se deberían usar si concretamos que existe una bacteria provocando una patología, por ejemplo:

  • Ojos: no sirve dar un colirio con antibiótico, sino existe una conjuntivitis bacteriana; ayudará porque muchas veces existen infecciones secundarias que responden a este antibiótico y mejora la patología, pero puede que la causa principal no la estemos tratando.
  • Oídos: existen otitis bacterianas que responden muy bien a tratamientos óticos con antibióticos; lo ideal es siempre confirmarlo mediante un cultivo y antibiograma, para saber cuál es la bacteria concreta que está provocando el problema y también el antibiótico más específico para ella.
  • Piel: las infecciones en la piel, y más si son provocadas por bacterias, son complicadas de curar. En ocasiones a parte de antibióticos, se necesitan cultivos, también para dar con el tratamiento específico.
  • Otros órganos como el sistema digestivo, infecciones en el riñón, en la vejiga, etc. necesitarán el uso de antibióticos, pero siempre confirmando su necesidad en ese momento.

Los antibióticos, además, deben prescribirse siempre bajo receta médica, por eso debemos evitarlos si no nos los ha recomendado un profesional.

Muchos de ellos tienen además efectos secundarios como vómitos, diarreas, fallo renal… por eso, siempre debemos darlos bajo control de un especialista, como los que incluye el seguro para Mascotas de MAPFRE, que nos ayudarán a saber si lo estamos haciendo de manera correcta, y durante cuánto tiempo debemos suministrarlo.