La Leishmaniosis es una patología muy habitual en perros. Cada vez es más frecuente oír hablar de algún caso de contagio entre nuestros conocidos, amigos o familiares que tienen un can.

Al tratarse de una enfermedad que afecta principalmente a los perros y que basta con que un mosquito les pique y les transmita el protozoo Leishmania infantum es importante saber cómo actuar. Una vez que nuestro perro ha sido infectado pueden ocurrir dos cosas:

  • Que sea asintomático: es decir, nuestro perro no tiene ningún síntoma que pueda llamar nuestra atención para acudir al veterinario. En estos casos, cuando se realiza un test en la clínica de manera habitual como chequeo, podemos averiguar que nuestro perro es positivo en Leishmania y asintomático. Cuanto antes se diagnostique la enfermedad, y menos síntomas se aprecien, podemos tener un mejor pronóstico.
  • Que tenga síntomas: vemos en el animal claras evidencias de que algo ocurre, aunque hasta que el veterinario no lo confirme mediante pruebas de sangre, no confirmaremos que éstos son debidos a la Leishmania.

¿Qué síntomas podemos ver?

Podemos encontrar síntomas muy inespecíficos, que podrían observarse en cualquier otra patología, por ejemplo:

  • Decaimiento, apatía.
  • Ganglios aumentados de tamaño.
  • Anorexia y pérdida de peso.
  • Diarreas
  • Problemas de piel, alopecia (caída de pelo).
  • Heridas en la piel.

Tipos de Leishmaniosis

La Leishmaniosis puede manifestarse en el perro de dos maneras, hablaremos de:

Leishmania cutánea

Ocurre cuando los síntomas del perro, ya confirmado positivo en Leishmaniosis, son en la piel, y podemos encontrar:

  • Alopecia en zona de alrededor de ojos, hocico y orejas, por ejemplo.
  • Heridas en la punta de las orejas.
  • Picor por infección de la piel.

Su tratamiento no difiere a la leishmania visceral que veremos a continuación.

Leishmania visceral

Ocurre cuando la piel puede ser como la de un perro normal, pero el parásito se acantona en “órganos diana” como pueden ser: riñones, articulaciones, ganglios…

En ese caso, encontraremos síntomas como:

  • Insuficiencia renal, causada por la Leishmania.
  • Cojera de todos los miembros o solo de algunos.
  • Anemia y decaimiento.
  • Anorexia y pérdida de peso.

Puede ser que también tenga lesiones en la piel o no, dependiendo de cada caso.

¿Cuál es el tratamiento?

 

Una vez que nuestro veterinario haga las pruebas pertinentes en el laboratorio, y se confirme el positivo en esta patología, es entonces cuando en función de los resultados se decidirá un tratamiento u otro.

Pruebas necesarias para decidir un tratamiento

Las pruebas imprescindibles son:

  • Analítica completa de sangre.
  • Test rápidos en la clínica para confirmar positivo.
  • Envío de serología y proteinograma a laboratorio externo.
  • Ecografía y toma de muestras en piel para descartar otras patologías.

El tratamiento en todos los casos será siempre con el fin de eliminar el parásito del perro, teniendo en cuenta que, mientras dure, el animal puede tener empeoramientos y recaídas, por lo que habrá que llevar un control exhaustivo.

Se pueden utilizar leishmanicidas (en inyección subcutánea), leishmaniostáticos, además de estimulantes de la inmunidad, que serán la clave para que esta patología vaya bien.

¿Cómo prevenir la enfermedad?

Es importante poner barreras para tratar de impedir que nuestra mascota se contagie de esta compleja enfermedad.

Evitar la exposición del perro

Ésta es la más importante, los mosquitos suelen abundar en época de calor, de marzo a septiembre y en horario de tarde al ponerse el sol, por tanto, evitar estos tramos del día, así como las zonas de ríos o de aguas estancadas que suelen ser más propensos a facilitar la vida a este tipo de insectos.

Evitar picaduras con repelentes

Podemos utilizar pipetas, collares o sprays, teniendo siempre en cuenta que muchos de estos productos pierden su efectividad si se mojan o dependiendo del tamaño del perro; Además, es muy importante prestar atención a la duración de estos productos teniendo siempre presente su fecha de caducidad.

Utilizar la vacuna de Leishmania

La idea es que nuestro perro esté vacunado y por tanto protegido. Con la vacuna se estimula el sistema inmunitario del animal, así si las otras dos opciones fallan y se expone al parásito, nuestra mascota podrá “luchar” mejor contra él.

En cualquier caso, lo recomendable siempre es que sea nuestro veterinario, el que en función de cada caso particular y de dónde vivamos, nos diga cómo prevenir la enfermedad y en cómo tratarla en caso de adquirirla. Recuerda que MAPFRE cuenta con un Seguro de Mascotas, para que tu mejor amigo esté siempre en las mejores manos.

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