De unos años ahora, los perros han pasado a formar una parte muy importante de las familias, siendo un miembro más en muchas de ellas.

A veces no nos planteamos el tema de la limpieza de boca por desconocimiento, hasta que aparece el mal olor, o síntomas como que nuestro perro come poco, entre otras cosas.

Los perros de raza pequeña como el Yorkshire Terrier, Chihuahua, o los mestizos de pequeño tamaño tienen más tendencia a acumular sarro y, por tanto, a padecer una enfermedad periodontal.

Lo ideal es intentar mantener una limpieza diaria, aunque no es fácil. Estas pautas pueden ayudarnos a una menor formación de sarro en nuestros fieles compañeros:

  • Piensos de bola adecuada a su peso: al masticar la bola podremos ayudar a una menor formación de sarro. Los perros que se alimentan de dieta húmeda, o casera, tendrán bastante más tendencia a acumular sarro.
  • Limpieza diaria si es posible mediante cepillos diseñados para ello. Tienen forma de dedal, lo que facilita introducirlos en la boca del perro y poder cepillarlo con pasta adecuada para ello.
  • Juguetes especiales: esto, además de ayudarnos a evitar la formación, para ellos será un momento de diversión.

Estas pautas pueden servirnos sobre todo después de haber hecho una limpieza de boca. Si lo hacemos una vez que ya existe el sarro, será de poca ayuda, ya que son una manera de prevenirlo, no de tratarlo.

¿Cuándo debo hacer una limpieza?

La limpieza de boca se debe realizar cuando empieza a aparecer el sarro de una forma sutil.

Dependiendo de la raza, algunas empiezan a tenerlo a los 2 o 3 años (pequeñas) y otros en cambio pueden estar bien hasta los 5 o 6.

El problema del sarro no es estético, se trata de una placa bacteriana que se introducirá a través de la encía y provocará:

  • Inflamación de encías y enrojecimiento.
  • Dolor al comer.
  • Síntomas de apatía, anorexia por la molestia de la inflamación de la encía, etc.
  • Mal olor.
  • En ocasiones, estas bacterias pueden provocar fístulas oronasales que den lugar a estornudos o incluso abscesos debajo del ojo que esté más próximo a la zona del diente o muela más afectado.

Cuando hemos llegado a este punto, algo en la prevención ha fallado. Probablemente, hemos esperado demasiado y lo hubiésemos podido evitar mediante una sencilla limpieza bucal.

Aunque los tratemos con antibióticos y antinflamatorios tal y como podría hacerse en la medicina humana frente a un flemón, en ellos es más complicado, ya que esta infección puede pasar al torrente sanguíneo provocando serios problemas.

¿En qué consiste una limpieza?

En los perros es un procedimiento muy sencillo (a pesar de que haya que utilizar una anestesia general, que a todos nos asusta).

El proceso empezará por un chequeo previo que consta de una analítica sanguínea básica para confirmar que todo va bien y poder usar fármacos sin problema alguno. En función de la edad del perro, este chequeo será más o menos completo.

Una vez que tenemos confirmado que todo va bien, se realiza una pequeña sedación previa a la anestesia; esto nos permitirá poner una vía intravenosa para tener al perro controlado en todo momento durante la anestesia.

El siguiente paso es pasar a una anestesia general, durante la cual el perro estará perfectamente monitorizado.

Hay que resaltar que los monitores de veterinario son muy similares a los de humanos, para tener todas las constantes controladas en todo momento:

  • Frecuencia cardiaca.
  • Frecuencia respiratoria.
  • Tensión.
  • Saturación de oxígeno.
  • Temperatura
  • Otros muchos parámetros.

La anestesia general es más segura en estos tipos de intervenciones por lo siguiente:

  • Control: el perro está más controlado, ya que en todo momento sabemos todas las constantes vitales. En una simple sedación solo dispondríamos de la frecuencia cardiaca.
  • Dolor: si existe dolor, con la anestesia general está más controlado; una vez esté en plano anestésico no tendrá ningún tipo de molestia.
  • Extracciones: si al limpiar, vemos alguna pieza mal y hay que extraerla, al estar dormido no le va a molestar y se dejará bien.
  • Seguridad: al estar intubado evitaremos que todas las bacterias y restos de sarro puedan entrar a través de la tráquea a los pulmones; el tubo endotraqueal hace de protección al sistema respiratorio.

Una vez esté dormido se procede a la limpieza de boca, para ello se utiliza un equipo de ultrasonidos muy similar al de humanos, que permite retirar el sarro de los dientes y la placa bacteriana.

Este equipo produce unas ondas ultrasónicas que son capaces de romper y eliminar el sarro y también ayudan con la placa bacteriana porque interrumpe el proceso celular de las bacterias.

Después de limpiar la boca se realiza un pulido de cada cara de los dientes, esto permitirá sellar los pequeños traumatismos del esmalte durante la limpieza, para que no queden zonas rugosas y así retrasar la aparición del sarro.

Este proceso suele tardar unos 30 o 45 minutos, en función de cómo esté la boca del perro. Si hay extracciones de piezas puede retrasarse algo más. Es un proceso sencillo que se realiza a diario en la práctica veterinaria.

Normalmente, lo ideal es hacerlo una vez al año e ir manteniéndolo con las pautas del principio y puede que así nos aguante algo más.

¿Puedo esperar?

Siempre hay que seguir las indicaciones del veterinario. Normalmente, cuando los perros acuden a vacunar, se realiza una exploración general en la que se mira también la boca. Con MAPFRE, además, cuentas con un Seguro de Mascotas, gracias al cual puedes consultar el mejor momento y las dudas que te surjan sobre este y otros temas de tu animal de compañía.

Si el perro tiene más de 3 o 4 años, y en función del tamaño que tenga, será candidato o no para este procedimiento. Si la boca huele mal es, seguramente, porque ya hay cúmulo de sarro y será importante hacerlo cuanto antes. En este momento, habrá que valorar en conjunto si se debe esperar o no.

También hay que tener en cuenta si la boca está muy mal y tiene muchas bacterias o si en el hogar hay niños, ya que los lametazos serán un foco de infección, por ejemplo y la decisión de cuándo hacerla se vuelve más urgente porque puede afectar a nuestra salud.