En el mercado, existe una gran variedad de collares y arneses para perros, todos con sus pros y sus contras, lo que hace más difícil su elección. Los hay para perros grandes, medianos, pequeños, para hembras, para machos, y todo lo que puedas imaginar. Además, los hay que evitan los tirones de la correa durante los paseos, como el arnés para perros anti tirones, que permite recuperar el control, guiar fácilmente al animal y enseñarle a caminar sin tirar. Sus beneficios son muchos, pero ¿Cuándo es necesario usar este tipo de arneses?

Los riesgos de usar collar

El collar, a diferencia del arnés, es la opción más popular entre los propietarios caninos. Sin embargo, los expertos recomiendan no usarlo, ya que la presión que ejerce sobre la zona del cuello conlleva ciertos riesgos:

  • Dolor y contracturas: el cuello alberga una parte importante de la médula espinal, entre cuyas funciones se encuentran la de controlar los movimientos del perro, así como su sistema nervioso. Si se tira demasiado de la correa, puede provocar un pinzamiento en las vértebras que recubren la médula espinal, causando un dolor agudo o, en el peor de los casos, afectando las funciones neurológicas del animal.
  • Problemas en el riego sanguíneo: la presión que ejerce el collar en el cuello interfiere en la circulación sanguínea, pudiendo hacer que el riego cerebral sea insuficiente, con las graves consecuencias que eso conlleva. Asimismo, puede aumentar la presión intraocular y dañar el nervio óptico.
  • Dificultades respiratorias: la tráquea, la laringe y el esófago se ubican en la zona en la que se coloca el collar, por lo que no es descabellado pensar que una presión excesiva puede dar lugar a determinados problemas, como deficiencia respiratoria o atragantamientos.
  • Daños en la tiroides: la glándula de la tiroides también se encuentra en el cuello. Ésta se encarga de producir las hormonas que controlan el ritmo de ciertas actividades, como la temperatura del cuerpo, la frecuencia cardíaca y respiratoria, el crecimiento celular, etc. Si se daña esta glándula, se puede influir de forma negativa en el metabolismo del animal.

Tipos de arnés para perros anti tirones

Muchos dueños optan por usar un arnés para perro anti tirones principalmente porque la presión que se ejerce al tirar de la correa no se concentra en el cuello, lo que evita los daños causados por los collares.

Pero también tiene sus desventajas. Una de ellas es el debate que existe en torno a la educación del perro o adiestramiento: muchos entrenadores aseguran que el perro tira más de la correa cuando lleva puesto un arnés. En este caso, la solución es fácil: elegir el tipo de arnés para perros anti tirones que mejor se adapte a las necesidades particulares de cada animal:

  • Ronzal de morro: es uno de los primeros arneses educativos que surgieron y, a pesar de que cada vez cuenta con más detractores, aún se sigue comercializando. Este arnés se coloca en el hocico del perro, de manera que cada vez que te tire de la correa, el animal se ve obligado a girar la cabeza. El peligro es que un mal uso del mismo puede causar lesiones cervicales graves. Además, es molesto y muy invasivo.
  • Arnés anti tirones halti: el arnés para perros anti tirones tipo halti consta de una argolla situada en la zona del pecho. Esto hace que, cada vez que el perro tira, recibe la fuerza contraria desde su tren anterior hacia un lado, lo que le causa un ligero malestar que le obliga a cambiar el sentido de su marcha hacia el lateral. Aunque no es un método dañino, puede incidir en la salud musculo-esquelética del animal.

¿Cuándo usar un arnés para perros anti tirones?

No cabe duda de que los arneses son mucho más cómodos para el perro y menos dañinos, por lo que está recomendado en todos los casos. Pero además, hay ciertas razas para las que su uso es indiscutible.

Es el caso de los perros de hocico achatado –Bulldog, Bóxer, Boston Terrier, Carlino, Pequinés, etc.-. Estas razas tienen una condición clínica particular: el síndrome braquiocefálico, es decir, tienen las vías respiratorias altas acortadas debido a las características de su cráneo. Usar un arnés para ellos, en lugar de collar, evita que su síndrome se derive en un problema respiratorio

¿Cómo poner un arnés a un perro?

Si te decides a poner un arnés anti tirones a tu perro, debes asegurarte de que es el adecuado y de que se lo pones correctamente; de lo contrario, puedes ocasionarle grandes molestias.

Cuando vayas a comprarlo, ten en cuenta el tamaño de tu perro. Puedes elegir un arnés para perros grandes o pequeños. Lo mejor, es que lleves a tu mascota a la tienda para que el dependiente te pueda sugerir cuál es el mejor. Una vez elegido, llega el momento de ponérselo. Si el animal es tranquilo, esta tarea no entraña grandes dificultades, pero si no es el caso lo más seguro es que pases un rato difícil hasta que lo consigas.

Primero, observa el arnés y familiarízate con su mecanismo. Una vez que hayas averiguado cómo se coloca, la posición de las hebillas o dónde está la anilla de la correa, muéstraselo a tu mascota para que se habitúe a su presencia. Cuando veas que lo observa con tranquilidad, ponle de pie.

Colócate frente a él, desabrocha la hebilla y coloca la parte circular del arnés sobre su cabeza (la anilla de la correa tiene que quedar sobre su espalda). Mete una de sus patas delanteras por el agujero frontal, y abrocha la hebilla por debajo del costado contrario. Repite lo mismo con la otra pata. El arnés no debe quedar ni demasiado flojo ni muy apretado.

Quizá le cueste un poco acostumbrarse al arnés, pero en poco tiempo lo hará, y te lo agradecerá. Al fin y al cabo, los dueños de mascotas buscan lo mejor para sus pequeños amigos, y ésta es una de esas cosas que le hará su día a día más llevadero. No te olvides del Seguro de Mascotas MAPFRE que te proporciona la tranquilidad de estar cubierto ante cualquier percance relacionado con tus animales.
 

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