Los primeros auxilios en una mascota se prestan en situación de emergencia y mientras se espera o se acude a la consulta de un veterinario. Si tienes un animal doméstico, debes saber cómo reaccionar ante los accidentes o riesgos más habituales para no dejarte llevar por los nervios y la inseguridad y perder minutos que pueden llegar a ser vitales para tu mascota.

Cómo prestar los primeros auxilios

Las técnicas de auxilio para los primeros momentos no suelen ser muy complicadas, sin embargo, el problema a menudo es la falta de calma y no saber cómo afrontar la situación. Antes de practicar ningún tipo de ayuda a tu mascota, empieza por controlar la situación.

  • Muéstrate todo lo tranquilo que puedas. Evita gritar y procura tomarte un par de respiraciones para acercarte a tu mascota en riesgo o accidentada. Tus nervios pasarán a tu animal y no conseguirán sino empeorar la situación, es mejor serenarse.
  • Aproxímate con cautela. No te acerques a tu mascota con celeridad ni de forma brusca o solo conseguirás que se aparte de ti o se muestre esquivo. Si el perro o gato están heridos o sufren dolor, es probable que no confíen ni siquiera en ti en este momento. Extrema las precauciones y dirígete a él con serenidad y máximo cariño.
  • Inspección ocular. Con la situación controlada, es probable que el animal herido proteja las zonas o partes de su cuerpo afectadas. No fuerces que las descubra e intenta relajarlo para hacer al menos, una primera inspección ocular aunque no puedas tocar la zona.

Accidentes y riesgos más comunes

  • Heridas, mordiscos o quemaduras. Los daños sobre la piel de la mascota con abrasión deben limpiarse lo antes posible, si es necesario tendrás que rasurar la zona afectada y luego limpiar con agua tibia y jabón, o algún antiséptico o suero, si tienes a mano. Si observas que la herida es profunda, no tardes en acudir al veterinario. En caso de hemorragia debes intentar frenar y cortarla con presión sobre la zona afectada o incluso practicando un torniquete siempre que se domine esta técnica, sino mejor presionar y acudir al veterinario.
  • Golpe de calor. Son habituales los golpes de calor especialmente entre perros, lo mejor según los veterinarios es evitar esta situación, pero si tu perro lo sufre, debes actuar con rapidez para contrarrestar los efectos del calor en tu mascota. Si está en un lugar cerrado como un coche, sácalo inmediatamente, comprueba el pulso y la respiración, si está consciente dale agua en pequeñas dosis y baños para bajarle la temperatura.
  • Atropello. Valora la situación e intenta medir cuál ha sido el alcance del atropello, comprueba respiración y pulso, las vías respiratorias pueden estar obstruidas y es necesario despejarlas lo antes posible. En casos de gravedad el traslado del animal para que reciba atención médica es prioritario y con el Seguro de Mascotas MAPFRE, de acuerdo con las condiciones de tu póliza, cuentas con servicio de hospitalización.
  • Convulsiones. Las mascotas pueden convulsionar sin razón aparente y aunque el primer impulso sea intentarles sujetar, no es el mejor auxilio. Lo importante en estos casos es evitar que la mascota se muerda la lengua por lo que es necesario que accedas a su boca y puedas introducirle un trapo no muy grande por ejemplo. Las convulsiones y los ataques epilépticos son relativamente frecuentes entre perros, debes darle espacio para que convulsione sin peligro, taparle con una manta y dejar que pase el ataque. Siempre es necesario consultar este tipo de episodios con un veterinario.

La atención y el cuidado de tu mascota deben ser constantes, pero es importante que redobles la vigilancia en situaciones de especial riesgo o en espacios donde es más fácil que ocurran accidentes como lugares abiertos y desconocidos para tu animal de compañía. No pierdas de vista además que el frio extremo y el calor afectan a tu perro o gato.

Por último, completa sus cuidados con una dieta saludable que le evite enfermedades y le ayude a sentirse bien.