Antes de pensar un plan de reeducación, debemos ponernos en el lugar de nuestro gato e intentar averiguar por qué lo hace. Si descubrimos cuál es el motivo por el que araña cortinas, muebles y sofás, el remedio que le pongamos será más efectivo.

  • Los gatos necesitan arañar y rascar para librarse de las capas de tejido muerto de sus uñas. Si nos anteponemos y se las cortamos habitualmente, no recurrirán a ese hábito.
  • En otras ocasiones, el motivo de arañar los muebles o cortinas no es tanto por una necesidad fisiológica, sino por otra serie de causas. Por ejemplo, para marcar su territorio o para liberar el estrés acumulado.

Es muy importante no regañarle, a no ser que le pillemos con las manos en la masa, en cuyo caso le diremos “NO” con firmeza pero suavemente, y le llevaremos al rascador para que entienda el mensaje que le queremos transmitir. Si no lo hacemos así, podemos correr el riesgo de convertir a nuestro gato en miedoso y hacer que pierda la confianza en nosotros.

1. Elegir el rascador adecuado

Tenemos que observar qué zonas rasguña nuestro felino para ponerse a punto las garras: una zona del sofá, un determinado mueble… Cuando sepamos con exactitud sus rincones favoritos, proporcionaremos en esos puntos unas zonas de rascado que le resulten atractivas. Además, tenemos que fijarnos en qué tipo de texturas le gustan más para limarse la uñas, si esos elementos son verticales (las cortinas) u horizontales (la alfombra)… y en base a toda esa información buscaremos unos rascadores que cumplan con todos sus requisitos.

Después de esta investigación de campo, tendremos datos suficientes para comprar un rascador que le evada de hacerlo en otro sitio y lo colocaremos en esos lugares en los que él muestra interés. Poco a poco, los iremos alejando de esa zona para ir llevándolos a los rincones que nos interesen a nosotros.

En ocasiones, no hace falta que compres un rascador nuevo. Muchos objetos que ya no usamos pueden cumplir esa misión, de modo que puedes reciclar accesorios caseros para tu gato. Eso sí, deben ser seguros y estables. Por ejemplo, un mueble viejo, una alfombra que ya está para tirar, etc.

2. Cubre los muebles

Si tu gato es muy tozudo y no hay manera de hacerle entrar en razón, solo te queda tapar los muebles. Se trata de que cambies la textura de sus áreas favoritas para que, poco a poco, no las encuentre tan apetecibles, hasta que termine cansándose y desista. Para ello, pon sobre la superficie a cubrir un trozo de tela, una manta vieja u otro material que cumpla nuestras expectativas.

Una vez que haya causado su efecto, esperaremos unas dos semanas antes de retirar la tela o lo que hayamos puesto. Así nos aseguramos de que el aprendizaje ha sido satisfactorio.

La hierba gatera es una opción ideal si no tenemos un jardín o terraza donde pueda resarcirse a gusto. Se trata de una alternativa atractiva y estimulante que suplirá las veces del tronco de un árbol, por ejemplo.

3. Prueba los aerosoles con feromonas

En nuestra misión sobre cómo evitar que un gato arañe el sofá, los sprays con olores desagradables o con feromonas especiales serán de gran ayuda. Aplica el spray en una cinta adhesiva y cuélgala del sofá o de la zona que quieras que no toque.

Además, practicando ciertos hábitos de limpieza en nuestra vivienda conseguiremos los mismos efectos. Los gatos no soportan el olor a cítrico, así que no hay más que limpiar las zonas deseadas con productos que lleven ese perfume.

4. Pon trampas por la casa

Si tu gato tiende a subirse siempre a los mismos muebles, prueba a colocar encima ciertos objetos inestables. Cuando trepe y vea que corre el riesgo de caer, aprenderá que esa zona no es segura y no la volverá a transitar.

Para evitar que el gato arañe las cortinas también puedes cambiar las arandelas de las cortinas por lazos atados suavemente. Cuando quiera trepar por ellas, verá que se le vienen encima y perderá el gusto a subirse ahí.

5. Distraer con juguetes

Otro truco es tener siempre un juguete a mano y, cuando veamos que se acerca a zonas prohibidas para adecentar sus uñas, se lo lanzamos para que se distraiga, quiera jugar con nosotros, y se olvide de que quería rascar ese mueble.

Al final se trata de pensar todo tipo de remedios que le disuadan de frecuentar nuestras zonas preferidas sin necesidad de imponerle un castigo o regañarle, ya que ambas cosas tendrían un efecto negativo sobre nuestro animal.

Nuestra mascota tiene que sentirse querido y seguro a nuestro lado para que no perdamos su confianza. Por eso es muy recomendable que contrates un Seguro de Mascotas MAPFRE que cubra las necesidades médicas de tu mascota, entre otras muchas coberturas. Aunque debes saber que el Seguro de Hogar de MAPFRE incluye algunas coberturas que protegen a tu mascota.

 

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