Las normas que rigen el uso de garajes en una comunidad de vecinos están recogidas en el propio estatuto. Recuerda que, aunque seas propietario de vivienda y plaza de garaje, el seguro de tu casa nada tiene que ver con el del parking que se contrata, por lo general, de forma conjunta para todas las plazas. Si aun así tienes dudas, aquí puedes ver las coberturas del seguro de Hogar MAPFRE y consultar coberturas específicas.
En caso de que los usos secundarios de la plaza de garaje no estén previstos en la normativa del vecindario, es posible incluirlos a través de una convocatoria de junta para tratar el tema.
Usar plaza de garaje como trastero
No es raro que las personas que tienen una plaza de garaje y no tienen coche o tienen uno pequeño que les deja mucho espacio libre en el parking, se planteen aprovechar este espacio como trastero.
En algunas comunidades de vecinos es habitual ver baúles, armarios de tipo trastero o terraza colocados dentro de las plazas de aparcamiento, todo ello, para sacar más rendimiento a estos metros. No es una situación ilícita ni anómala, pero este escenario debe estar recogido en las reglas de uso y convivencia de la comunidad. Es importante consultar con el administrador antes de usar la plaza de garaje como trastero para conocer las condiciones, en caso de que estén previstas en la comunidad.
Aparcar bicis en la plaza de garaje
Una plaza de garaje tiene como uso indiscutible el aparcamiento de un vehículo. Pero ¿qué ocurre si en lugar de un turismo, aparco mi bicicleta o mi patinete eléctrico? o, si tengo un coche pequeño y una plaza grande, ¿puedo aprovechar el espacio sobrante como trastero?
No es raro ver en muchos garajes comunes de urbanizaciones bicicletas u otros transportes que se aparcan junto con el coche o en el lugar de este. Por lo general, las bicis se suelen poner aprovechando una pared con soportes especiales o en los huecos que quedan entre coche y coche.
El uso de la plaza de garaje para aparcar bicis es común e incluso, habitual, pero no en todas las comunidades se tolera y a veces son habituales las diputas entre vecinos por este tipo de costumbres. La solución siempre es recurrir a la normativa interna que rija en la comunidad de vecinos, que puede ser de muy diferente índole.
El uso simultáneo de la plaza de garaje en una comunidad de vecinos para aparcar coches y bicis está permitido a menudo, pero siempre y cuando se respeten algunas normas de convivencia vecinal:
- Respeto de los límites: todos los vehículos deben mantenerse dentro de los límites de la plaza de garaje propia.
- Cuidado con estropear o ensuciar: siempre es necesario que los ganchos para bicis o cualquier otro tipo de sujeción que se instale en la zona de aparcamiento no dañe los elementos o estructuras comunes como paredes, pilares o vigas.
- Maniobras, paso y circulación: hay que respetar al resto de vecinos usuarios del garaje y no entorpecer o molestar con tus bicicletas, no está permitido impedir el paso ni empeorar la accesibilidad o el uso que los otros hagan de las plazas que lindan con la propia.
Ten en cuenta que si aparcas bicis en tu plaza de garaje y el seguro que cubre ese espacio no está al tanto de ese extra, no quedarán bajo la protección de esta póliza en ningún caso. Se recomienda en estas situaciones informar convenientemente a la aseguradora del uso extra de la plaza de garaje como parking para bicis y en caso necesario, contratar un seguro propio como medida para prevenir posibles robos o daños en la bicicleta.
Alquilar plaza de garaje a otra persona
Un recurso más habitual para sacar rentabilidad a una plaza de garaje, por ejemplo, si de forma temporal o por diferentes motivos no se usa, es alquilarla. La mayor parte de comunidades de vecinos permiten esta práctica, aunque tampoco es raro encontrar conflictos en este tipo de escenarios.
Para alquilar una plaza de garaje a otro vecino interesado o una persona ajena a la comunidad es importante informarse de cómo hacerlo sin incumplir con las normas. Se recomienda hacerlo siempre de forma legal, clara y transparente a través de un contrato. El dueño que arrenda su plaza de garaje debe informar a su arrendatario sobre las normas de seguridad y uso de este espacio, asegurándose de que las cumple en todo momento.