La utilización de nuevos materiales  y de nuevas tecnologías mecánicas y electrónicas se está aplicando a los electrodomésticos que compramos para nuestros hogares y el progreso hacia el consumo de energía eléctrica y una mejora de sus funciones está siendo apoteósico.

Al igual que está ocurriendo con los productos de limpieza, y dejando a un lado la normativa europea, los fabricantes de electrodomésticos llevan muchos años innovando para hacer aparatos más ecológicos y eficientes. En definitiva, que consuman menos electricidad o agua, hagan menos ruidos y tengan menos vibraciones o realicen mejor su función principal si esta es enfriar un alimento, secar la ropa o lavar la vajilla.

Años en la apuesta por la eficiencia energética

 Hagamos un pequeño repaso. En el año 1997, menos del 5% de los frigoríficos vendidos en Europa eran de clase A, es decir, la catalogada como categoría más eficiente energéticamente hablando.

Ocho años después, en 2005, la proporción superaba ya el 90%. Tanto han avanzado los fabricantes de electrodomésticos en este sentido, que en noviembre de 2010 se aprobó un nuevo reglamento de etiquetado energético en el Viejo Continente con tres nuevas clases: A+, A++ y A+++. Así se pueden diferenciar ahora la eficiencia ‘más eficiente’, si cabe, de los electrodomésticos a la venta en el mercado europeo.

Asimismo, estas etiquetas han variado su diseño, incorporando información más útil y clara para los interesados en la compra del electrodoméstico en cuestión. Ejemplo de ello son las nuevas informaciones sobre el ruido del electrodoméstico, el consumo de agua o el consumo anual de electricidad, según parámetros normalizado. Muchos frigoríficos, lavadoras y lavavajillas expuestos en los comercios ya llevan la nueva etiqueta. Y, a partir del próximo diciembre será obligatoria. Lo siguiente en lo que se trabaja es en hacer que esto mismo se extienda también a las secadoras, hornos eléctricos y placas de cocción.

Innovaciones

Las novedades que los fabricantes van introduciendo en los electrodomésticos son muchas veces imperceptibles para los compradores, ya que trabajan con la puerta cerrada y no podemos ver cómo funcionan. Si la innovación consiste en un elemento de control electrónico del aparato o mecánico puede conseguir que se dispare la eficiencia de éste, aunque nosotros no podamos verlo físicamente.

A este respecto,  en un artículo de ElPaís.es se concreta sobre marcas. Así, Electrolux ha colocado en su lavavajillas RealLife un brazo aspersor que rocía agua pulverizada, consiguiendo una mejor limpieza de la vajilla, aunque tengamos que colocarla de una forma más desordenada dentro del lavavajillas.

Por otra parte, las marcas Bosch y Siemens han puesto unas bolitas de ceolita en la base de sus lavavajillas para que absorban la humedad en el momento del secado y evitar los rastros de los chorros de agua. La ceolita es un material que absorbe la humedad y que no es necesario reponerlo.

LG, por su parte, emplea en sus lavadoras el vapor de agua, que consigue disolver mejor la suciedad utilizando menos agua y jabón.

Samsung opta, sin embargo, por las burbujas de gama EcoBubble, que consiste en inyectar aire a la mezcla de agua y detergente antes del ciclo del lavado de la lavadora y asegura que con este sistema nos ahorramos agua, jabón y electricidad, al tiempo que la ropa queda más limpia.

Otro fabricante, Miele, ha añadido a algunas lavadoras la función vapor en el momento en el que centrifuga. Así la ropa queda menos arrugada, como sucede en las lavadoras secadoras.

Los frigoríficos y los congeladores son ahora mucho más eficientes gracias al compresor rotativo que no para nunca y que regula su potencia de frío.

En definitiva, los fabricantes de electrodomésticos están concienciados en que la eficiencia energética y el ahorro en el consumo es prioridad hoy en día. Y nosotros, los compradores, lo agradecemos.