Elegir las mejores maletas para viajar no es sencillo. Existen diversos factores que influyen en la idoneidad de unas maletas frente a otras, según la cantidad de equipaje que vayamos a transportar o el destino al que nos dirijamos. Tener en cuenta sus características particulares es crucial a la hora tomar una decisión acertada al respecto.

Qué tipos de maletas hay

Maletas hay tantas como tipos de viajeros, pero a grandes rasgos se pueden clasificar según sus características particulares. Así, pueden ser:

  • Duras(de polipropileno u otro material rígido).
  • Blandas (de cuero o poliéster)
  • Con o sin ruedas
  • Trolleys (con asa extraíble y ruedas)

Además las tenemos en todos los tamaños: pequeñas (tipo bolso), medianas o de cabina y grandes (con una capacidad de entre 50 y 120 litros).

¿Cómo es la maleta ideal?

Dependerá del uso que le vayamos a dar y del tipo de viaje que vayamos a hacer, pero a grandes rasgos, la maleta ideal es aquella rígida o semirrígida, resistente, pero ligera. Las de policarbonato son las que más aguantan los golpes y, además, pesan muy poco. Este material tiene la facultad de deformarse en lugar de romperse, con lo que bastará con presionar en el interior de la abolladura para que la maleta vuelva a recuperar su forma. Por otro lado son más aparatosas y menos adaptables a huecos y espacios angostos.

En cuanto al interior, conviene que al menos uno de los lados sea plano para que la ropa no llegue excesivamente arrugada y que disponga de suficientes correajes que permitan sujetar la ropa para que no se mueva con el traqueteo del viaje o al abrir y cerrar la maleta.

Según el medio de transporte

No es lo mismo hacer un viaje en tren que en avión, en autobús o en coche. Las condiciones de espacio no son las mismas, ni la manera de portar nuestra maleta será igual en todos los casos. Hay que tenerlo presente al elegir maletas.

Cuando viajamos en autobús, las incomodidades a la hora de portar una maleta son muchas. Por suerte, este medio de transporte cuenta con un compartimento especial para maletas, por lo que el tamaño de la misma no es un impedimento. Las maletas flexibles y con ruedas son ideales en estos casos, ya que facilitan su manejo.

En los viajes en tren, la elección es muy parecida. Al ser uno mismo el que introduce su maleta en el compartimento destinado a ella, sabemos con certeza que su interior no va a sufrir ningún golpe no deseado. Por el mismo motivo, tampoco hace falta recurrir a las rígidas, ya que no es necesario que protejamos su interior de accidentes inesperados. Si no tenemos que llevar mucho equipaje, las mochilas son la opción más cómoda. Así, no perderemos de vista nuestro equipaje y evitaremos robos. Pero si tenemos que transportar mucho peso, las maletas flexibles y con ruedas nos permitirán tirar de ellas en los largos trayectos de andén a andén sin que nuestra espalda se resienta.

En el coche, el espacio destinado al equipaje es bastante más reducido, y dado que lo normal es ir de puerta a puerta, podemos prescindir de las maletas de ruedas. En su lugar, podemos decantarnos por bolsos de mano, cuya flexibilidad permite hacer milagros para introducir todo el equipaje en su habitáculo. Bastará con hacer unos movimientos de Tetris y listo.

Si el viaje es en avión, cualquier precaución que tomemos para evitar desperfectos en el equipaje a causa de los golpes, es poca. Elige maletas rígidas que en su composición tengan policarbonato para que, en vez de romperse, simplemente se deformen. Para evitar cargar con peso durante los largos trayectos por los pasillos del aeropuerto, conviene que elijas una con ruedas y asa extraíble. Las ruedas, mejor de goma. Las de plástico ruedan peor y además se rompen con mayor facilidad. Y el asa extraíble, que sea lo suficientemente alta como para que no tengas que encorvarte causando una asimetría en la columna. Los viajes con animales son otro cantar.

Si la vas a facturar, ten cuidado con el exceso de equipaje para que no se encarezca el precio. En este caso, lo ideal es que la maleta lleve las ruedas empotradas para que no sufran desperfectos en las manipulaciones. Y en caso de querer llevar la maleta en la cabina, atienden bien al límite de tamaños que marque tu compañía aérea para que no te encuentres sorpresas desagradables.

Sea cual sea la maleta que elijas, lo importante en un viaje es estar bien protegido. Con el Seguro de Viaje MAPFRE tendrás la asistencia necesaria y todas las garantías en el país de destino elegido.