Hoy en día existen diversas posibilidades a la hora de establecer el sistema de climatización de nuestro hogar, pero ninguna de ellas cuenta con la excepcional ventaja que goza la climatización invisible de no necesitar ningún tipo de aparato a la vista que entorpezca el diseño interior de nuestra vivienda.

¿En qué consiste la climatización invisible?

La climatización invisible es la forma coloquial de denominar a toda aquella que no necesita de máquinas a simple vista, es solo una manera imprecisa y común de describir a cualquier tipo de sistema que irradie calor o frío por alguno de los paramentos de una estancia, bien sea el suelo, el techo o las paredes.

El emplazamiento más común para situar esta climatización invisible suele ser el suelo. Se trata de lo que conocemos tradicionalmente como suelo radiante. Consiste en una serie de canalizaciones de tubos en forma de serpentín en el interior del pavimento por donde circula agua a diferentes temperaturas. Si queremos emitir calor, circulará agua caliente a unos 40º C, (suelo radiante) y si buscamos refrescar la estancia, circulará agua fría a unos 15º C, (suelo refrescante).

Por encima de estas tuberías se situará una pequeña losa de hormigón o cemento que tenga cierta inercia térmica para que pueda calentarse en su totalidad y liberar el calor poco a poco al interior de la estancia, o por el contrario, el frío. El material del pavimento acabado se colocará por encima de dicha solera y podrá ser de prácticamente cualquier material: cerámico, piedra, madera…

En el caso de que coloquemos este sistema por el techo, se realizará en el interior del falso techo y si es por las paredes, tendrá que estar embutido dentro de los propios tabiques o muros de cada habitación.

Ventajas de la climatización invisible

Este tipo de sistemas de climatización no solo presentan la evidente ventaja de no ocupar espacio y por lo tanto liberar las paredes de molestos radiadores o los techos de los feos ventiladores descolgados. Sus ventajas van mucho más allá de la mera estética.

Evidentemente, son sistemas muy agradecidos a la hora de diseñar el interior de un espacio. Te ofrecen la total libertad de disponer las paredes con los muebles que quieras o de diseñar los techos de cualquier forma sin pensar en las famosas rejillas de la climatización por conductos. Pero además de todo esto, no expulsan aire caliente ni frío, y gracias a ello, evitamos todos los inconvenientes que producen: desde la sequedad de las vías respiratorias hasta el mal estar o incomodidad que las ráfagas de aire generan.

Otra gran ventaja de la climatización invisible es que es totalmente silenciosa. No produce ningún tipo de ruido.

También se caracteriza por climatizar las estancias de una manera muy gradual, lo que produce siempre un gran sentimiento de confort. Esto también es motivado a la distribución homogénea de la temperatura por todo el espacio. Al colocar las tuberías a lo largo de todo el suelo, techos o paredes, no existe un único punto de emisión, sino que todos los paramentos irradian temperatura por toda su superficie.

Distintos sistemas de climatización invisible

La climatización invisible se puede combinar perfectamente con los sistemas tradicionales, a modo de apoyo para momentos puntuales si queremos calefactar una sala en un breve espacio de tiempo.

Al igual, podemos combinar distintos sistemas de climatización invisible al mismo tiempo. Por ejemplo, situando la refrigeración por las paredes y la calefacción por el suelo.

También es viable utilizar sistemas de ventilación (natural o forzada) junto con cualquier tipo de climatización invisible. Sin lugar a duda, esta es la mejor manera de aclimatar un espacio sin perder en salubridad y calidad de aire.

Por último, es importante mencionar que cualquiera de estos tipos de sistemas de climatización tienen que estar apoyados por algún elemento que caliente el agua y por lo tanto, asociado a algún tipo de suministro de energía. Sin embargo, no tiene por qué ser exclusivamente un consumo eléctrico o de gas, en la actualidad, podemos servir cualquier suelo radiante mediante una máquina de aerotermia o unas placas solares con acumulador de agua integrado.

Evidentemente, como cualquier otro tipo de climatización, es necesario realizar su respectivo mantenimiento para evitar y prevenir problemas en el futuro. Estas revisiones pueden ser bastante menos periódicas que una climatización por split o mediante una bomba de calor por conductos. Pero igualmente es totalmente recomendable contar con un Seguro de Hogar MAPFRE que nos dé el soporte que necesitemos en nuestro caso en particular.

 

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