“Como en casa, en ningún sitio”, reza el dicho popular. Y es que, con la llegada del frío, apetece hacer planes en el sofá, acurrucarse bajo la manta y dejar que la lluvia empape los cristales sabiéndonos protegidos entre nuestras cuatro paredes. No hay nada como la sensación de hogar durante los fríos meses de invierno. Si aún no has sentido ese efecto gustoso y acogedor al cruzar el umbral de la puerta, no te preocupes, con estos consejos lo conseguirás.

Primeros pasos para una decoración acogedora

  • Los colores: El primer paso para crear ambientes acogedores es mediante la elección de los colores, siempre en la gama de los cálidos: marrones, tonos tierra, arena o beige y, por supuesto el blanco para evitar espacios recargados. Recurrir -en pequeñas dosis- al rojo, amarillo, rosa o naranja, es un acierto. También podemos dar pinceladas de verde. Usado en su justa medida nos ayudará a recrear la naturaleza en nuestro propio hogar.
  • La iluminación: Debemos huir de luces planas y generales, que restan personalidad a la estancia.En vez de ello, apostaremos por luces focales, ocultas y de ambiente, puntos estratégicos donde la iluminación juegue un papel importante. La luz amarilla, en contraposición con la blanca, es más cálida, pero también más triste. Depende de gustos. Si te decantas por la luz blanca, bien usada no tiene por qué transmitir frialdad.
  • Los materiales: El hierro, cristal o acero, son fríos al tacto y a la vista. Si quieres conseguir un ambiente acogedor, recurre a la madera sin tratar en muebles y sillas, fibras vegetales como el yute para las alfombras, y el lino, algodón, lana o terciopelo para los textiles.

Elementos para una decoración acogedora

  • Cortinas: Crea una barrera entre el frío invernal de la calle y el interior de la casa con unas cortinas elaboradas con textiles como el lino, ligero y envolvente, perfecto para tamizar la luz exterior; o el terciopelo, uno de los materiales de tendencia esta temporada con el que conseguirás un plus de elegancia. Elígelo en tonos suaves para evitar crear un aspecto recargado.
  • Alfombras: son imprescindibles para convertir un espacio sin alma en un lugar más confortable, ayudan a delimitar espacios diferentes y a agradar visualmente una estancia (si tiene tonos claros). Elígelas de lana, fibras naturales o sisal, o apúntate a la mezcla de texturas en una misma pieza para crear dinamismo. Y no te olvides del cuarto de baño: sustituye la clásica alfombrilla por una alfombra de pelo largo para que tu momento en la ducha sea muy agradable.
  • Cojines: son mucho más que elementos decorativos, ya que añaden confort. Elígelos en los estampados de la temporada y acertarás seguro.
  • Mantas: las de punto XXL no solo son tendencia, sino que son mullidas, calentitas y muy apetecibles. Cuando no la uses, déjala sobre el sofá o la cama en una disposición aparentemente descuidada, o guárdala en un cesto tailandés dejando que asome un poco.
  • Fragancias evocadoras: Ayudan a crear sentimientos o a revivir recuerdos. Utilízalas para incentivar tu estado de ánimo. Para ello, usa aromas serenos y envolventes, como matices relajantes de vainilla, limón, lavanda, jazmín o laurel.

Con estos tips, tu casa será un remanso de paz muy acogedor para pasar los fríos días de invierno. Además, tu Seguro de Hogar MAPFRE te dará la tranquilidad de saber que estás en buenas manos.