Los espacios abuhardillados gozan de una singularidad especial que los convierten en lugares únicos llenos de personalidad, donde el diseño de interiores y la funcionalidad están condenados a entenderse. En estas zonas se vuelve fundamental llevar a cabo una buena organización para aprovechar cada rincón, así que, hoy veremos algunos trucos para planificar cómo decorar una buhardilla con poco dinero.

Colores y texturas en las buhardillas

Como todos sabemos, la principal característica de cualquier buhardilla es su particular geometría de techo, donde, inevitablemente, nos encontraremos con alturas muy bajas en algunas zonas del perímetro de la habitación. Por eso, es posible que podamos llegar a sentir que el espacio se nos viene encima o que incluso es más pequeño de lo que debería. Para solventarlo, es fundamental adoptar siempre estrategias de decoración orientadas a los espacios reducidos.

Antes de entrar a distribuir cualquier mobiliario, tenemos que replantearnos los acabados del suelo, techo y paredes. El principal punto de partida es optar por colores neutros, suaves y sobre todo claros.

En el caso de las paredes y los techos, una gran opción es plantear el mismo tono de color en ambos para que, de alguna manera, el contraste de la pintura blanca respecto al material distinto del pavimento, como podría ser una tarima laminada de madera en el suelo, potencie la horizontalidad del suelo en contraposición con las aristas diagonales características de los techos abuhardillados.

Si el techo que presenta la vivienda consta de algunas vigas de madera, una buena solución es pintarlas directamente de blanco. Ganaremos sensación de amplitud y frescor con apenas unas latas de pintura. Eso sí, si la madera está en buenas condiciones, podemos dejar algunas vigas maestras en su color original para buscar un diseño algo más rústico, que siempre casa a la perfección en este tipo de espacios y combina genial con los suelos de madera.

Distribución del mobiliario

Muebles a medida

Las elecciones que realmente hacen únicos a los espacios abuhardillados son los muebles a medida que podemos utilizar en las paredes achaflanados por la geometría del techo.

Suelen tener una forma triangular difícil de resolver por cualquier mueble estándar y por mucho que pretendamos buscar una solución algo más económica, instalar una estantería a medida siempre va a dar lugar a un espacio más armonioso y por supuesto aprovechable. Eso sí, tendremos que recurrir a un profesional como un carpintero especialista en mobiliario de interior para que nos ayude en su construcción.

Colocación y distribución del resto de mobiliario

A la hora de colocar los muebles de cualquier buhardilla, tenemos que hacer una clara distinción entre los espacios con el techo más bajo de las zonas más altas. Debemos tener en cuenta que, las zonas ubicadas en la parte baja del techo suelen ser de difícil acceso para estar de pie, por eso, es recomendable colocar allí los sofás o las camas, ya que nos obligan a estar siempre sentados o tumbados.

Dejaremos el espacio central lo más diáfano posible para llevar a cabo cualquier acción que necesite estar de pie y conseguir una sensación mayor de amplitud. El mobiliario en una buhardilla debe ser mínimo y bien elegido, potenciando la paz y el orden. Un estilo perfecto para este fin es el lagom, que apuesta por colores neutros y claros a la vez que el uso mínimo de elementos.

Alturas mínimas recomendadas

La altura mínima que nos marca el CTE (Código Técnico de la Edificación) para que una estancia sea habitable es de 2,10 m. Es decir, es posible que las zonas más bajas de la buhardilla no computen como superficie edificable, sin embargo, sí que pueden ser usadas como almacenaje, pero realmente, una altura inferior a esa no sería del todo practicable para estar de pie.

Iluminación natural y artificial en buhardillas

La iluminación es importante en cualquier espacio interior, pero en una buhardilla se vuelve totalmente fundamental. La mejor solución siempre pasa por colocar lucernarios, es decir ventanas situadas en el techo o la parte superior de una pared, que nos permitan la entrada de luz cenital y que inunden de vida el espacio.

Siempre es una buena opción colocarlos encima de los espacios diseñados para estar sentados o tumbados, como podría ser justo encima del sofá, la cama o incluso de un escritorio, teniendo así la mayor cantidad de luz posible para trabajar.