La leche es un alimento muy completo que aporta al organismo calcio, fósforo, magnesio y proteínas.  Todo ello lo convierte en un aliado perfecto y esencial para elaborar postres caseros fáciles, con los que sorprender a todos los comensales y cerrar con la máxima puntuación cualquier velada.

Además, cuando se trata de leche fresca, su sabor es único e inconfundible, con un matiz de notas cremosas y suaves muy características. Quizá por todo esto se ha convertido en la columna vertebral de nuestra dieta diaria. Desde el periodo neolítico, cuando el ser humano descubrió el ordeñe, este manjar fue considerado una fuente de fortaleza y de vida. Y hasta nuestros días.

En la actualidad, con las opciones de conservación de que disponemos, consumir leche es algo muy habitual. Pero no solo en líquido o en queso: este alimento se adapta a todo tipo de consumidores y gustos por su gran abanico de posibilidades y sabores.

Postres caseros y fáciles con leche

Todos estos postres están elaborados con leche de vaca u oveja, aunque las personas con intolerancia a la lactosa o que sigan una dieta vegana, pueden sustituirlas por una leche vegetal (de avena, almendras, soja…) obteniendo los mismos resultados.

ARROZ CON LECHE

Para su elaboración, vierte en una cacerola tres cuartos de litro de leche, 60 gramos de arroz, media rama de canela, un cuarto de vaina de vainilla, un trozo de corteza de limón y otro de naranja. Cocina a fuego lento durante cuarenta minutos, removiendo de vez en cuando para que no se pegue. Para que no se encalle el arroz es importante poner a cocer todos los ingredientes en frío.

Cuando adquiera una textura melosa, añade 50 gramos de azúcar, remueve y deja en el fuego unos cinco o diez minutos más.

Pasado ese tiempo, retira la canela, la vainilla y las cortezas y déjalo reposar a temperatura ambiente. Cuando esté templado, viértelo en dos cuencos. Espolvorea un poco de canela en polvo y decora con unas hojas de menta.

CUAJADA

La cuajada casera es tan fácil de preparar como deliciosa. Solo tiene dos secretos: encontrar leche recién ordeñada y el cuajo.
El cuajo, por extraño que parezca, se vende en farmacias. En cuanto a la leche –de vaca o de oveja-, si no vives en una zona de campo, te será imposible encontrarla. Una alternativa es usar leche fresca y leche en polvo.

En un cazo, calienta un litro de leche fresca (pasteurizada, no uperizada) y una pizca de sal. Cuando empiece a humear, retira el cazo del fuego y añade 50 gramos de leche en polvo. Remueve hasta que se disuelva por completo.

Vierte seis gotas de cuajo en varios tarros de barro (te dará para unos seis o siete) y añade la mezcla en cada uno de ellos. Tápalos con papel de aluminio y déjalos reposar en un lugar seco y sin corrientes de aire. Cuando haya pasado una hora, guarda los tarros en el frigorífico.

Cuando las cuajadas estén frías, espolvorea por encima un poco de azúcar y quémalo con un soplete, o sírvelas con un chorro de miel y unas nueces.

PANNA COTTA

Para elaborar este postre originario de la región de Piamonte, pon en un cazo un vaso y medio de leche y otro de nata líquida. Abre una vaina de vainilla, rasca el interior y viértelo en la mezcla. Añade cuatro cucharadas de azúcar glas. Enciende el fuego y cuando empiece a burbujear, retira el cazo.

Ablanda cinco hojas de gelatina poniéndolas a remojo en agua fría. Escúrrelas y añádelas a la mezcla anterior mientras remueves hasta que se disuelvan por completo. Después, vierte la masa en dos vasos o tarros de cristal y mételos en el frigorífico. Para servir las panna cottas, puedes adornarlas con mermelada de frutos rojos y unas hojas de menta.

CREPES ESPONJOSAS

Pon en un bol 250 mililitros de leche, 125 gramos de harina, tres cucharadas de azúcar, un huevo, dos cucharadas de mantequilla del tiempo, una pizca de sal y cuatro cucharadas de polvo para hornear. Bate todo los ingredientes.

Precalienta una sartén. Con un pincel de cocina extiende un poco de mantequilla y vierte un cucharón de masa formando un círculo del tamaño de un plato de café. A los tres minutos dale la vuelta y deja que se haga otros dos minutos. Repite la operación con todos los crepes.

Para servirlos, puedes acompañarlos de mermeladas, sirope, chocolate, nata…

Todos estos postres caseros son fáciles de hacer, rápidos y ni siquiera necesitan horno. Sin embargo, cuando se trabaja en la cocina, nunca está de más contar con el respaldo del Seguro de Hogar MAPFRE , que mantiene a salvo tu casa de cualquier imprevisto.