Restaurar metales antiguos es un trabajo que puede parecer difícil, sin embargo, con empeño y un poco de paciencia, se puede conseguir fácilmente.

Así que, si tienes en casa algún objeto de metal que está muy dañado por el óxido y lo quieres restaurar porque tiene un valor artístico o sentimental o, simplemente, porque te gusta, aquí te enseñamos cómo hacerlo a través de unos sencillos pasos.

Un tratamiento para cada tipo de metal

Antes de iniciar un proceso de restauración, hay que tener en cuenta que el tratamiento será distinto según el tipo de metal que se trate.

Existen dos grupos de metales: los ferrosos (que contienen hierro) y los no ferrosos (que no lo tienen). Un examen visual del objeto nos ayudará también a distinguirlos según sea el color del óxido:

  • Tonos naranjas, si la pieza es de materiales ferrosos.
  • Grises, azulados o verdosos, si se trata de metales no férricos.

Materiales

Para realizar el trabajo, deberás proveerte de ciertos materiales útiles y herramientas:

  • Guantes resistentes.
  • Mascarillas.
  • Gafas protectoras.
  • Pinceles.
  • Lijas para metal, de diferente grano.
  • Un cepillo metálico.
  • Lana de acero (gruesa y fina).
  • Muñequilla de algodón.
  • Un trapo.
  • Un pulidor o abrillantador.
  • Lijadora de metales.
  • Un producto para eliminar el óxido, lacas, barniz para metales, esmalte, disolvente universal etc.

Cómo restaurar metales antiguos, paso a paso

Fuente: https://bit.ly/2HeI04l

Las labores recomendadas a continuación producen mucha suciedad y, además, en algunas fases del proceso se suelen utilizar productos que pueden ser peligrosos. Por lo tanto, hay que disponer de un lugar espacioso y bien ventilado para realizarlas, como puede ser un garaje, cobertizo, terraza, etc., o bien, si es posible, al aire libre.

Para quitar la herrumbre hay que seguir estos pasos:

Paso 1: raspar la superficie

Según sea el tamaño de la pieza o de la mancha de óxido, habrá que seguir un proceso distinto:

  • Para quitar la herrumbre en piezas de hierro de pequeñas dimensiones y superficialmente oxidadas hay que raspar la superficie con un cepillo de alambre, lijas o lana de acero, según el tamaño de la pieza y su grado de deterioro.
  • Si la pieza es grande o presenta manchas profundas y fuertes, es mejor utilizar una lijadora eléctrica o un cepillo metálico acoplado a una taladradora.
  • Para aquellos puntos que están muy oxidados o que son delicados o con mucho detalle, para no deteriorarlos por una fuerte abrasión, es mejor utilizar un transformador de óxido, que es un producto que penetra en el óxido y mediante una reacción química lo convierte en una superficie apta para ser pintada.

Paso 2: quitar el polvo

Eliminar el polvo y la suciedad con un trapo y pinceles para que no queden restos que dificulten las labores siguientes.

Paso 3: aplicar un producto específico

Si quedan puntos con herrumbre, especialmente en zonas inaccesibles como ángulos o recovecos, se aplica un producto para eliminar el óxido.

Este producto se presenta en diferentes estados: líquido, gel, aerosol, pasta, etc. Hay que seguir el método de aplicación recomendado por el fabricante.

Paso 3: lavar y secar

A continuación, se lava la pieza con agua y jabón. Después, se repasa con lana de acero fina y se seca bien con un trapo para evitar que vuelva a oxidarse.

Paso 4: imprimación

Aplicar una imprimación antioxidante especial para proteger el hierro.

Paso 5: aplicar el esmalte

Cuando la imprimación esté seca, aplicar una o dos capas del esmalte preferido, que debe ser siempre de buena calidad.

Cuando se trata de cubiertos o utensilios de cocina, se omite este paso.

Cómo restaurar metales no férricos, paso a paso

Para quitar el óxido a los objetos de metal no férricos (plata, cobre, latón, estaño o bronce) a los que por su tamaño o delicadeza resulte difícil o imposible quitar el óxido mediante el uso de herramientas abrasivas, el procedimiento es más sencillo:

  • Se aplica un desoxidante para metales mediante lana de acero fina.
  • Se frota enérgicamente, sobre todo, en las zonas más afectadas.
  • Al terminar, se aclara con agua y jabón y se deja secar.
  • Se aplica un pulidor abrillantador de metales mediante una muñequilla de algodón con movimientos circulares.
  • Cuando la pieza se seque, se le saca brillo con un trapo.
  • Finalmente, se aplica una capa de barniz protector para metales.

Si el objeto no está muy afectado por el óxido, pero está opaco, sin brillo, se aplica directamente el pulidor abrillantador de metales. Este producto contiene partículas abrasivas microscópicas, disolventes y otros componentes, que deja los objetos pulidos y brillantes.

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