Cuando queremos hacer alguna renovación en casa, una de las ideas que nos suele venir a la cabeza es cambiar la pintura de los muebles. En ocasiones, con pasar una lija será suficiente, siempre y cuando la pintura no esté muy deteriorada y el mueble no lleve muchas capas de pintura. Pero en caso contrario, no quedará más remedio que hacer un trabajo de decapado sistemático. Se trata de un proceso más trabajoso, pero que también nos permite un acabado mejor y más duradero.

Para qué sirven los decapantes químicos

Una vez hayamos lijado la superficie, si persisten restos de pintura podemos aplicar los decapantes químicos. Estos productos sirven precisamente para eso, para quitar las capas de pintura vieja y dejar las superficies libres para que podamos volver a pintarlas o aplicar barniz, según prefiramos.

Los decapantes o removedores de pinturas son unos productos que cuentan con una gran potencia para quitar las capas de pintura que hayan quedado en el material que vayamos a pintar. En el mercado podemos encontrar una amplia variedad de estos productos, ya sean en pasta, líquido o gel, además de tener distintos tamaños y marcas. Debido a esto, lo mejor sería dejarnos asesorar por los expertos de las tiendas de bricolaje para que nos puedan recomendar cuál es el que mejor nos puede funcionar según el material que vayamos a tratar.

Cómo utilizar un decapante químico

Antes de utilizar este producto debemos cubrirnos las manos con guantes de silicona porque, al ser un producto químico, podemos tener problemas. Además, también es recomendable cubrirnos los ojos con unas gafas de seguridad para no dañarlos. Igualmente, es muy importante no inhalar el producto porque emite vapores muy tóxicos, así que una mascarilla nos vendrá muy bien.

Normalmente, cuando apliquemos el decapante químico tendremos que dejarlo actuar durante unos minutos. El tiempo de actuación nos lo marcará el fabricante en el producto, pero suele rondar los 15 minutos. Además, el fabricante también determinará qué cantidad de producto es necesaria en cada aplicación.

El paso siguiente será retirar el producto con una espátula. En caso de que estemos trabajando la madera, debemos hacerlo siempre en dirección de la veta y con cuidado de no estropearla. Si el material que estamos trabajando es metal, el proceso es exactamente igual salvo que, a la hora de retirar el producto, podemos usar la espátula o un cepillo de cerdas de acero.