Tu hogar demanda un lavado de cara, un cambio que aporte más dinamismo y creatividad a sus estancias. Es vital que te centres en todas la habitaciones del inmueble para aplicar tus ideas. Ten fe, que aunque no seas un experto diseñador de interiores puedes dar con grandes soluciones para sacarle el máximo partido a tu casa.

En tiempos de crisis y de hipotecas de por vida que -incluso- pueden llegar a heredar nuestros retoños, hay que mirar al dedillo cualquier gasto extra que vayamos a hacer. Por eso, siempre que vayas a llevar a cabo cualquier cambio en la decoración, piensa si realmente es necesario.

Nos centramos en la cocina, ese espacio de casa en el que pasamos bastante tiempo a lo largo de nuestra vida… Unos más que otros, por supuesto. Nos entra la histeria… ¡Horror! Necesito cambiar ya los muebles… ¡Me han dejado de convencer! Lo primero que te recomendamos es que te relajes, que pienses antes de actuar, siempre y cuando no estés pasando por una época muy boyante, claro. Pero como en este caso la economía no acompaña, vamos a sacarle el máximo partido a lo que tenemos que es más de lo que pensamos.

La idea perfecta para darle un cambio de aires a la cocina es pintar los muebles, para ello podemos elegir colores que marcan tendencia en el diseño de cocinas o, simplemente, el que más nos guste. Antes de ‘ponernos manos a la obra’, hay que asesorarse en un establecimiento específico para que nos indiquen qué pintura hay que utilizar en este caso. Ten en cuenta que los muebles de la cocina están expuestos, a diario, al contacto con el agua. Así que el abanico en la elección se reduce.

Muebles de Formica

En los últimos años han entrado con fuerza los muebles de formica -son tableros de aglomerado melaminado– al ser más fáciles de limpiar que los de madera. Y es que la formica tiene un acabado en plástico que se limpia de forma eficaz con agua y jabón. Además, en el mercado encontramos una amplia variedad cromática. Pintarlos no es tan fácil como pensamos, la pintura no agarra bien en el plástico. Así que hay que dar con la pintura específica.
Empezamos.

Lo primero que hay que hacer es empapelar las zonas que no queramos pintar. En lo que respecta a las puertas y cajones de los muebles, hay que desmontarlos para pintarlos sin complicarnos la vida. Hacemos lo propio con los tiradores y si los cambiamos por otros, mejor.

A continuación, aplicamos sobre las superficies una imprimación especial para materiales no porosos. Otra opción es usar esmaltes acrílicos especiales para este tipo de muebles. Utilizamos rodillos especiales para esmaltar. Lo más recomendable es aplicar dos capas para conseguir el resultado resistente y duradero que buscamos.

En cuanto a los colores, usa el que más te guste y te defina. O déjate llevar por las tendencias. Tú mismo.