La causa de este gruñido en la madera se debe a las modificaciones y movimientos que genera la humedad en este material.

En el caso de las tarimas, estas se componen de una serie de tablas que van encajadas entre sí por un sistema de machihembrados y que, a su vez, se fija con clavos a una estructura de rieles de madera de pino. Cuando se producen inundaciones en nuestro hogar o, simplemente, aumenta la humedad ambiental, la madera se hincha o se deshincha, lo que hace que el tamaño de las tablas aumente o disminuya, dando lugar a los crujidos.

En el peor de los casos, la raíz del problema puede encontrarse en que esos tablones, en lugar de ir fijados a unos rieles, se han clavado directamente a la solera. Una práctica prohibida, pero que a veces se hace. Así, cuando la madera se ve impedida a llevar a cabo sus cambios de tamaño es cuando emite ese característico sonido.

El tipo de madera empleada también puede originar estos ruidos. Las tropicales, al ser más densas, o la de pino muy seco son más propensas a ello. Sin embargo, los suelos de parqué encolado o sintéticos  no tendrían por qué presentar este problema. Y si lo hacen, es debido a una instalación defectuosa o incorrecta.

Trucos para reducir crujir de la madera

Sea por el motivo que sea, cuando el piso cruje lo único que nos interesa es encontrar la solución más adecuada para silenciarlo. Existen diferentes trucos con los que conseguiremos nuestro objetivo sin necesidad de levantar el suelo o meternos en obras indeseadas.

Aplica una inyección de parafina

El remedio más sencillo para conseguir que la madera no suene consiste en aplicar polvos de talco en el machihembrado y parafina sobre los clavos.

Primero, calentaremos la parafina al baño maría y después la inyectaremos con ayuda de una jeringuilla en los espacios que haya entre las tablas que crujen. Hay que tener cuidado para que no se desborde.

Introduce espuma de poliuretano

Para los casos más graves, la mejor solución es la espuma de poliuretano. Lo primero será localizar la parte de la tarima más afectada y señalar con un lápiz el punto exacto donde cruje. Después de proteger las zonas adyacentes con abundante cinta de carrocero, perforaremos el punto del lápiz con una broca del mismo diámetro de la cánula. Haremos un agujero oblicuo que traspase completamente la tarima.

Antes de manipular este producto, protégete con guantes y ventila bien la zona. Introduce el aplicador por el agujero, inyecta la espuma y espera 24 horas antes de pisar la zona. Pasado ese tiempo, tapa el agujero con un emplaste de madera y, cuando se seque, líjalo y aplica una capa de barniz.

Sustituye parte de las tablas

Si el origen del molesto ruido se encuentra en que la madera este envejecida o reseca, deberás sustituir las tablas. No hace falta levantar todo el piso, con reemplazar las maderas que están en mal estado es más que suficiente.

Sujeta la madera con clavos

La medida más drástica. Inserta unos clavos en los laterales de las tablas de la tarima flotante que emiten los ruidos para sujetarlos mejor y reducir el chirriante sonido. Eso sí, ten cuidado de no resquebrajar la madera.

Acude a un profesional

Si ninguna de las opciones anteriores funciona o, directamente, no te atreves a realizarlas, lo mejor es que pidas ayuda a un profesional que pueda solucionar el problema de raíz. Además, en el Seguro de Hogar MAPFRE cuentan con especialistas que podrán asesorarte al respecto para que puedas tomar la decisión más acertada.

 

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