Es muy habitual que, con el desgaste propio del paso del tiempo, alguna jamba de una puerta pueda llegar a deteriorarse o incluso a desprenderse. Las puertas son zonas muy habituales de paso y están siempre expuestas a ser abiertas y cerradas continuamente. Seguramente, en algún momento tendremos que reparar las jambas de una de ellas y aunque, en un primer momento parezca algo complicado, a continuación, veremos que es un proceso muy sencillo y al alcance de cualquiera.

¿Qué son las jambas y qué tipos existen?

Las jambas o tapetas son aquellos elementos de las puertas que se utilizan para ocultar el encuentro entre el premarco y el resto de la puerta. Es decir, son elementos con un claro objetivo funcional, sin embargo, también adquieren un poderoso carácter decorativo.

Existen infinidad de tipos y modelos de jambas, al igual que una gran versatilidad en sus materiales. Sin embargo, lo más habitual, en las puertas interiores de las viviendas, es usar jambas de madera o de DM. Estos materiales son los más utilizados para las hojas de las puertas, y por lo general, el resto de los elementos van siempre en consonancia.

  • Jambas lisas: Son las más minimalistas y las más usadas hoy en día. Son perfectas para el carácter atemporal del diseño de la puerta.

Fuente: http://bitly.ws/pQ3Y

  • Jambas con molduras: Eran más utilizadas hace unos cuantos años, sin embargo, dependiendo del estilo de decoración general de la vivienda, pueden ser las más acertadas.

Fuente: http://bitly.ws/pQ45

  • Puertas sin jambas: Podemos encontrarnos puertas sin ningún tipo de jamba en viviendas con un claro énfasis en el diseño interior. El marco de la puerta suele quedar oculto en el tabique y por lo tanto no se necesita ningún tipo de elemento intermedio que oculte ningún desperfecto. Son soluciones muy elegantes y minimalistas, pero requieren de un gran trabajo de mano de obra a la hora de su instalación.

Fuente: http://bitly.ws/pQ49

Cómo reparar una jamba paso a paso

En primer lugar, tenemos que comprobar el estado de la jamba, es decir, si se trata de una reparación menor y por lo tanto podemos arreglarla directamente, o si, por el contrario, la jamba está tan deteriorada o descolgada que tendremos que retirarla por completo.

Jambas poco deterioradas

Para arreglar desperfectos de golpes o arañazos en la superficie de la jamba, será suficiente con aplicar algún tipo de producto reparador especial para madera. Luego, dependiendo del material del acabado, aplicaremos una solución u otra. Por ejemplo, si las jambas están lacadas, es complicado conseguir disimular por completo la reparación sin lacarlas de nuevo por completo. Pero si tiene una terminación de pintura, bastará con aplicar un par de manos de pintura para maderas.

Fuente: http://bitly.ws/pQ4d

Jambas muy deterioradas

Si la jamba está demasiado deteriorada, tendremos que pasar a desmontarla por completo y sustituirla por otra lo más parecida posible. Si no encontramos exactamente el mismo modelo, lo recomendable es desmontar todas las jambas de la puerta y sustituirlas en conjunto.

Para ello necesitaremos los siguientes materiales:

  • Espátula
  • Pasta reparadora
  • Adhesivo de montaje
  • Cinta de carrocero
  • Martillo y clavos o clavadora neumática

Paso a paso:

  1. En primer lugar, tendremos que separar la jamba de la pared, para ello introduciremos la espátula entre la pared y la jamba y haremos palanca hasta llegar a separarla.
  2. Nos aseguraremos de retirar todo el material que une la jamba con la pared. Es posible que haya restos de pegamento o algún clavo. Tendremos que asegurarnos de que eliminamos todo el adhesivo y aprovecharemos para limpiar la zona afectada de la pared.
  3. A continuación, si no vamos a sustituir la jamba por completo, tendremos que arreglarla con pasta de reparación de madera. Hay que prestar especial atención al color de la pasta y al acabado de la jamba.
  4. Una vez reparada o sustituida por una nueva, pasaremos a su montaje. Con la ayuda de un adhesivo de montaje pegaremos directamente la jamba a la pared. Siempre respetando los tiempos de secado que marque el fabricante del adhesivo.
  5. Otra opción, igual de válida es utilizar clavos en vez de pegamento. Eso sí, tendremos que asegurarnos de disponer de algún tipo de masilla para ocultar, en lo posible, las cabezas de los clavos. Para colocarlos usaremos simplemente un martillo o una clavadora eléctrica.
  6. Por último, para evitar que la jamba se mueva en el proceso de secado. La fijaremos con cinta de carrocero en varios puntos a lo largo de toda su longitud.

Toda reparación en el hogar, por pequeña que sea, está sujeta a cualquier tipo de imprevisto, por eso, siempre es necesario contar con un Seguro de Hogar MAPFRE que nos apoye en algún momento crítico.