Cuando nuestro perro o gato presenta síntomas que no son normales, lo lógico es acudir al veterinario para que valore cuanto antes qué le pasa a nuestra mascota y así poder instaurar un tratamiento lo antes posible.

En la mayoría de ocasiones, el diagnóstico precoz de una enfermedad o patología, siempre tendrá mejor pronóstico cuanto antes lo detectemos.

¿Cuándo debemos acudir al veterinario?

Siempre que nuestro fiel compañero tenga algún síntoma que no sea normal debemos llevarle al veterinario para descartar que tenga algo grave. Estos son algunos ejemplos de síntomas que no debería tener:

  • Decaimiento o anorexia: si detectamos que nuestra mascota deja de ingerir la cantidad de alimento habitual, si no come alguna toma cuando siempre lo ha hecho, o en el caso de perros que comen siempre con muchas ganas y de repente dejan de hacerlo.
  • Vómitos o regurgitaciones: no hay que esperar 2 o 3 días a ver si remiten. Cuanto antes acudamos para poder realizar pruebas complementarias, antes daremos con lo que ocurre.
  • Diarreas: con o sin sangre o heces de color anormal.
  • Fiebre o hipertermia.
  • Respiración agitada o toses y estornudos.
  • Cojeras o incoordinación en movimiento.
  • Convulsiones.
  • Cualquier otro síntoma que nos llame la atención.

Si lo extrapolamos a la medicina humana, cuando cualquiera de nosotros tenemos una fiebre muy alta, acudimos al médico, no esperamos a ver si se pasa en unos días. En el caso de los animales, debemos acudir al veterinario ante la mínima sospecha, ya que ellos no pueden expresar su dolor o molestias y en muchos casos cuando percibimos síntomas, ya llevan días con algún problema.

¿Qué pruebas se realizarán en el veterinario?

Cuando se presenta un paciente en consulta, se hace un listado de diagnósticos diferenciales en función de la sintomatología y del tiempo desde que apareció el proceso. Por ejemplo, un cachorro con vómitos y diarrea puede tener el siguiente diagnóstico diferencial:

  • Gastroenteritis severa por ingestión de un cuerpo extraño (por ejemplo, basura)
  • Parásitos intestinales.
  • Enfermedades víricas como parvovirus, coronavirus etc.
  • Otras causas.

En este caso en concreto, el veterinario realizará una serie de pruebas complementarias, para ir descartando problemas concretos.

A veces, bastará con pruebas laboratoriales, o de diagnostico por imagen, pero en otros casos más severos, se deberán realizar otras, con un precio más elevado, que veremos a continuación.

¿Qué pruebas pueden realizarse? ¿Cuáles son las más frecuentes?

Para hacernos una idea, la mayoría de las pruebas que se realizan en medicina humana, pueden realizarse en medicina veterinaria. Por orden de frecuencia, encontramos:

Pruebas de laboratorio

Suelen hacerse a diario. La mayoría de las clínicas disponen hoy en día de laboratorio propio, donde pueden realizar pruebas básicas como:

  • Hemograma y bioquímica sanguínea.
  • Análisis de heces y de orina.
  • Test de enfermedades como leishmania, parvovirus, giardia, leucemia e inmunodeficiencia, etc.
  • Otras pruebas laboratoriales se envían a laboratorios externos, y en 24 o 48 horas, en función de la prueba, nos darán el resultado. Por ejemplo, pruebas de tiroides, cultivo de orina, serología de leishmania, entre muchas otras.

Pruebas de diagnóstico por imagen

También muchas clínicas disponen de varios equipos que utilizan a diario para hacer pruebas de este tipo. En este grupo encontramos.

Radiografía

Muchos centros ya disponen de equipos digitales, donde a los pocos minutos, podremos ver la radiografía de nuestra mascota: zona torácica, abdominal, extremidades, cráneo.

Ecografía

Complementa a la radiografía en muchos casos. En ocasiones, aunque haya un ecógrafo en cada centro, el veterinario habitual que nos atiende, puede derivarnos en función de la gravedad de la patología a un ecografista especializado.

Tac

Estos equipos se encuentran en grandes hospitales, con personal especializado para su manejo y lectura posterior del resultado. Estas pruebas son bastante más costosas que las anteriores, ya que requieren una sedación o anestesia general del animal para realizarla. Lo cierto es que dan muchísima información y en muchas ocasiones es la prueba de elección.

Resonancia

Al igual que el Tac, es una prueba que requiere personal y un centro especializado. Será el veterinario quien nos ofrezca la mejor prueba en función de la patología. También es bastante costosa, pero a su vez, nos da mucha más información que cualquier otra más económica.

Cuando adquirimos un animal de compañía, no nos planteamos que antes o después tengamos que recurrir a alguna de estas pruebas a lo largo de su vida, por eso, es interesante contar con un seguro de mascotas como el de MAPFRE. que cubre, además, daños al animal por accidente, robo o extravío, defensa jurídica, etc.

Otras de las ventajas de este tipo de seguros es que será beneficioso para todas las partes:

  • El veterinario podrá hacer todas sus pruebas sin pensar en si serán muchas o pocas, y en cuanto le costará al propietario. Solo pensará en hacer lo mejor posible para solucionar el problema cuanto antes.
  • El propietario no pensará en la parte económica que suponen las pruebas más costosas, por ejemplo. También pensará solo en lo mejor para su animal.
  • La mascota, sea perro o gato, se beneficiará de que le hagan todo cuanto antes, y podrá tener un tratamiento adecuado en el menor tiempo posible.

Gema García Quintero

Veterinaria