Arrancar un pequeño ecosistema de agua no es difícil, siempre y cuando tengas los accesorios necesarios y lleves a cabo el mantenimiento adecuado. Una de las claves para obtener buenos resultados es elegir el tipo de filtro que mejor resulte para el acuario. Sin él, no se podría mantener por mucho tiempo a los seres vivos que hay en el agua.

Además de los filtros, también es importante elegir la iluminación adecuada y un seguro de hogar con cobertura de acuario, para que lo proteja ante incidencias eléctricas, agresiones externas, sustracciones y otra serie de percances que podrían resultar muy costosos de solucionar por uno mismo.

En el mercado existe una gran variedad de filtros, tanto externos como internos. A continuación, te explicamos las características de cada uno de ellos y los casos para los que están indicados.

Filtros internos

Son filtros que se colocan en el interior de la urna. Son pequeños, por lo que la cantidad de material filtrante que pueden contener es muy limitada. Para manipularlos, hay que meter la mano en el agua, lo que, además de ensuciarla, podría molestar a los peces.

La parte positiva es que no tienen riesgo de fugas de agua y son muy silenciosos.

Entre los filtros internos que puedes encontrar destacamos los siguientes:

Filtro de esponja

Es el más simple que existe. Se trata de una esponja de foam que, conectada a una bomba de aire, succiona el agua del acuario proporcionando una filtración mecánica. Cuando la esponja madura y crecen colonias bacterianas, también efectúa una filtración biológica.

  • Cuando usarlo: su capacidad de filtrado es limitada, por lo que se utiliza en acuarios pequeños, enfermerías o gambarios. Además, es muy seguro para la cría, porque no absorbe alevines ni zoeas.
  • Precio: 4 euros, aproximadamente.

Filtro de esquina

Se trata de otro filtro sencillo que consta de una caja de plástico que hace circular el agua a través de la carga filtradora mediante una bomba. Su nombre se debe a que se suelen fijar con ventosas en las esquinas del tanque.

  • Cuando usarlo: se usa para los mismos casos que los filtros de esponja, especialmente para la cría y mantenimiento de ciprinodóntidos y zooplancton.
  • Precio: 10 euros, aproximadamente.

Filtro interior

Es uno de los filtros más usados en acuarios domésticos. Consta de dos partes: una bomba centrífuga sumergible que se encarga de hacer circular el agua por el filtro, y un receptáculo que alberga los materias filtrantes.

Pueden ser simples (con esponja) o complejos (además de la esponja incluyen una carga biológica), que son los más recomendables.

  • Cuando usarlo: indicado para acuarios pequeños y medianos de no más de 200 litros y cuya longitud no supere los 70 centímetros.
  • Precio: 20 euros, aproximadamente.

Filtro de placa

Es uno de los menos usados, quizá porque su mantenimiento en acuarios plantados es muy incómodo (las raíces de las plantas pueden colapsarlos). La parte positiva es que apenas quita espacio a los peces.

Está formado por pequeñas placas ensamblables que se sitúan en el fondo del tanque, bajo el sustrato. De esta placa sale un tubo que, gracias a una bomba, extrae el agua que pasa por el sustrato (filtración biológica) y la devuelve al tanque por encima del nivel del agua.

  • Cuando usarlo: se utiliza para mantener peces de charcas, lagunas y marismas sin apenas circulación. Además, respeta la vida planctónica, por lo que también se usa para el cuidado de invertebrados y zooplancton.
  • Precio: 2 euros por placa, aproximadamente.

Filtros externos

Son aquellos que se colocan fuera del tanque. Pueden ser más grandes que los anteriores, ya que no restan capacidad al acuario, y contienen mayor cantidad de material filtrante.

Se suelen usar en acuarios de más de 70 litros o con muchos peces.

Filtro exterior

Estos filtros no están en contacto directo con el agua. Constan de unas pequeñas mangueras que extraen el agua y la introducen en unas cavidades donde se produce el filtrado. Después, otra manguera devuelve el agua al acuario.

Son fáciles de manipular y permiten configurar las cargas filtrantes como se quiera. La nota negativa es que son los más caros.

  • Cuando usarlo: en acuarios de más de 150 litros.
  • Precio: 100 euros, aproximadamente.

Filtro de mochila (HOB)

Se trata de un filtro que queda colgado de una de las paredes del tanque (de ahí su nombre) y del que sale una manguera que es la encargada de absorber el agua. Después, una vez filtrada, sale por una cascada que ayuda a oxigenar el agua. Hay modelos que, a pesar de esta cascada, son muy silenciosos.

Como en el caso anterior, también permite elegir el material filtrante, aunque tiene poca capacidad para el material bilógico.

  • Cuando usarlo: en acuarios de hasta 200 litros.
  • Precio: 40 euros, aproximadamente.