Entre todas las especies de monos, los capuchinos o titís son los más pequeños en comparación con el resto. Por ello, cada vez más gente se decanta por adoptarlos como mascotas. Pero ante esta costumbre cada vez más extendida, existe una cuestión bastante importante: ¿por qué no debemos tener a los monos como mascotas? Existen diferentes motivos que lo confirman.
Son animales salvajes
Para adoptar un mono dentro de los límites legales debe hacerse a través de criaderos totalmente reglamentados y siempre que el animal haya nacido en cautividad. Si lo adquirimos a través de cualquier otra vía, estaremos infringiendo las normas.
El mono es un animal puramente salvaje que no está acostumbrado a vivir en interiores. Por ello, aunque lo hayamos comprado de manera legal, no es recomendable tener este animal como mascota.
Podemos pensar que los perros o los gatos, y en mayor medida los pájaros, también fueron salvajes en algún momento y que con el paso del tiempo, la evolución ha propiciado razas que se han adaptado al medio doméstico. Esta idea sería una auténtica pena que también se cumpliese con los monos, ya que hay determinadas especies que deben vivir al aire libre.
El mono, un animal de instintos
Otro de los motivos que confirman que no es apropiado tener un mono en casa hace referencia a sus instintos. Debido a que no está acostumbrado a vivir en cautividad puede llegar a ocasionar destrozos y desperfectos en el hogar en el momento menos esperado.
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Además, si el mono se pone enfermo y necesita atención, el número de veterinarios especializados en este tipo de animales es mucho más reducido que los especialistas en otro tipo de mascotas.
Tampoco debemos olvidar que estos animales pueden ser portadores de graves enfermedades y que podemos contagiarnos de ellas.
Por último, otro de los motivos de por qué no debemos tener a los monos como mascotas se debe a que si esta práctica se extiende, para dar respuesta a toda la demanda será necesario cazar un mayor número de monos que se encuentran en su hábitat natural. Podría ser algo muy peligroso, ya que con ello se puede llegar a extinguir este animal.