Las obras en casa son señal de que queremos cambiar el aspecto de nuestra vivienda, bien por capricho, bien por necesidad. Dependiendo de la magnitud de los cambios, se generarán más o menos escombros. Pero, ¿qué hacer con ellos una vez terminada la obra?

Qué dice la normativa

Cuando realizamos grandes obras, como reformar el baño o la cocina, los escombros pueden ser bastante más molestos y grandes. De cualquier forma, es necesario saber cómo gestionar correctamente estos residuos.

Los tipos de residuos de obras, así como la forma de separarlos y gestionarlos están regulados por una normativa, la Orden MAM/2002 de 8 de febrero, en la que se establece cómo valorar y eliminar los residuos. Esta normativa es a nivel europeo.

Los tipos de residuos que podemos generar al hacer las obras pueden ser peligrosos, no peligrosos e inertes.

Tipos de residuos y formas de reciclarlos

Vamos a distinguir cada uno de estos tipos de residuos y cómo podemos reciclarlos o deshacernos de ellos de la forma correcta.

  • Residuos no peligrosos: aquí englobamos el cartón, vidrio, grifería, etc. Digamos que este tipo de residuos de obras pueden ser reciclados de una u otra manera. También entran en esta categoría los aceites, madera, chatarra, cristales… pero cada uno deberá estar depositado en su correspondiente contenedor. Lo mejor es llevar todo lo posible al punto limpio más cercano, para así reciclar la mayor parte de los residuos.
  • Residuos peligrosos: dentro de este apartado se encuentran las pinturas, plásticos, PVC, residuos de los aparatos eléctricos o electrónicos, adhesivos, aerosoles, silicona, pilas, baterías y los tubos fluorescentes. También aquellos útiles que se han usado para la obra y contienen restos de residuos peligrosos (por ejemplo, brochas, trapos…). En este caso, hay que depositar cada uno en el contenedor correspondiente o bien llevarlos a un punto limpio.
  • Residuos inertes: hablamos de los cascotes o escombros limpios (ladrillos, azulejos, tejas, mortero y hormigón endurecido sobrante). Como no pueden ser reciclados, habrá que depositarlos en un punto limpio, como máximo 60 kg por día.