En la mayoría de los edificios de viviendas suelen surgir conflictos entre algunos residentes por diferentes motivos que no suelen trascender demasiado. No obstante, cuando este tipo de situaciones se convierten en un problema del día a día, puede tratarse de una circunstancia más grave que recibe el nombre de blocking vecinal.

¿Qué se entiende por blocking vecinal?

En otras palabras, este término significa acoso vecinal y se produce cuando uno o más vecinos atosigan y molestan de forma repetida y continuada a otras personas que viven en la misma comunidad de propietarios o urbanización. Este problema de convivencia tiene la consideración de delito, el cual está regulado en el artículo 172 ter del Código Penal desde el año 2015.

Según esta norma, “será castigado con la pena de prisión de tres meses a dos años o multa de seis a veinticuatro meses el que acose a una persona llevando a cabo de forma insistente y reiterada, y sin estar legítimamente autorizado, alguna de las conductas siguientes y, de este modo, altere gravemente el desarrollo de su vida cotidiana:

  1. La vigile, la persiga o busque su cercanía física.
  2. Establezca o intente establecer contacto con ella a través de cualquier medio de comunicación, o por medio de terceras personas.
  3. Mediante el uso indebido de sus datos personales, adquiera productos o mercancías, o contrate servicios, o haga que terceras personas se pongan en contacto con ella.
  4. Atente contra su libertad o contra su patrimonio, o contra la libertad o patrimonio de otra persona próxima a ella”.

En el ámbito vecinal, el acoso se puede producir de múltiples formas: amenazas, insultos, empujones, críticas en público, daños en la vivienda, molestias a través del móvil, etc. Sin embargo, se trata de un delito que resulta muy complicado de probar en un juzgado debido a que los hechos no suelen dejar ningún rastro.

¿Qué hacer en caso de blocking vecinal?

Las personas que sufren blocking vecinal durante un periodo de tiempo continuado suelen presentar importantes problemas psicológicos, por lo que es necesario intentar poner fin al ataque cuanto antes. Para ello, es recomendable seguir una serie de pasos:

  1. En primer lugar, conviene poner los hechos en conocimiento del administrador o del presidente de la comunidad para que el conflicto se solucione de la forma más amistosa posible.
  2. Si esta opción no funciona, se debe tratar el tema en una junta de vecinos e incluso solicitar que el presidente denuncie lo que ocurre desde la comunidad de propietarios.
  3. Cuando las soluciones anteriores no tienen éxito, es preciso acudir al Juzgado de Instrucción que corresponda para interponer una denuncia. Antes de recurrir a esta vía, es imprescindible reunir el mayor número de pruebas posible para justificar que se está sufriendo acoso vecinal. En este sentido, puede valer cualquier denuncia previa, conversaciones de WhatsApp, registros de llamadas, testigos que hayan presenciado algún ataque o informe de un psicólogo, si fuera el caso.

Si se cuenta con un Seguro de Defensa Jurídica MAPFRE es posible obtener orientación y asesoramiento por parte de profesionales sobre cuál es la mejor alternativa para poner fin al blocking vecinal.