Pero para hacer que la energía positiva predomine y se expanda por el hogar, los colores no pueden aparecer a su libre albedrío y en cualquier estancia. Y es que cada uno de ello, como los propios elementos que simbolizan, tiene un significado particular.

Elementos de los colores

  • Rojos, fuertes (Fuego): los colores del fuego llaman a la buena suerte, avivan la pasión, aumentan la presión de la sangre y la correcta circulación. El rojo es poder, pasión. Puede activar tanto la energía positiva como la negativa y es excitante, por lo que es conveniente usarlo en espacios grandes y donde se requiera una alta concentración. El naranja es fuerza, un estímulo. Son buenos colores para la cocina.
  • Amarillo, terracota (Tierra): la amalgama de colores del elemento Tierra representan la naturaleza, el sol, la luz, el brillo de este. Aportan paz, optimismo y contribuyen al descanso. Por ello, no es conveniente que aparezcan en lugares que requieran de nuestra creatividad. Una gran opción para el salón, la sala de estar, el comedor.
  • Azul, negro (Agua): estos colores representan el cielo y el agua. El negro es el color más intrigante de todos: simboliza la sensualidad y el misterio, a la vez que la decadencia. Hay que ir con cautela al usarlo; mientras que el azul es un color activo, que transmite calma, bondad, frescor. Estos colores son excelentes para disponer en los dormitorios y los baños.
  • Blanco, grises (Metal): la calma y el orden, lo puro. Estos colores aportan ese toque de elegancia y saber estar de control, de tranquilidad activa. Son los mejores para decorar oficinas, estudios, lugares de creatividad y trabajo.
  • Verde (Madera): el verde es la vida, la tranquilidad, rejuvenecer, equilibrio. Combina a la perfección con los colores del elemento Tierra, y son la mejor opción para las habitaciones de los pequeños y las zonas recreativas. Así, siempre puede pintar un metal con efecto madera.

Ciclos según colores

En Feng Shui existe lo que se conoce como ciclos destructivos y constructivos. Estos no son más que la combinación de los colores según representen la naturaleza. Tanto los ciclos destructivos como constructivos -a pesar del nombre del primero- son la forma idónea en que los colores se relacionan de forma armoniosa.

Los elementos se relacionan entre sí a partir de la combinación de mínimo tres, simbolizados en sus respectivos colores. Y por supuesto, pueden combinarse todos los elementos. Los ciclos ya vienen determinados por el Feng Shui, y son los siguientes:

· Ciclo constructivo: Fuego-Tierra-Metal-Agua-Madera-Fuego. A partir de esta secuencia, puede haber tantas combinaciones como permita. Por ejemplo, con cuatro elementos, sería Agua-Madera-Fuego-Tierra.
· Ciclo destructivo: Tierra-Agua-Fuego-Metal-Madera-Tierra.

Combina los colores correspondientes a estos elementos, siguiendo estas secuencias a tu gusto, para que la prosperidad invada tu vida. Si tu casa actualmente no sigue estas normas siempre podrás pintar la madera con otros tonos, para lograr algunos de los ciclos.