Lo ideal sería que pudiéramos congelar cualquier alimento, pero debido a su composición o textura no es así. A pesar de ello, el congelador es un gran aliado a la hora de planificar las comidas de la semana. Como normalmente no tenemos mucho tiempo para cocinar, ¿por qué no aprovechar los fines de semana para preparar la comida de los días laborables y congelarla para asegurar su correcto mantenimiento?

Pasta y arroces

No es recomendable congelar este tipo de alimentos, aunque si te ves en la necesidad es preferible hacerlo cuando la pasta esté cocida y le hayamos añadido un poco de aceite. Así no perderá su consistencia e impedirás que se deshaga.

Verduras

Antes de congelarlas, tendrás que cocerlas o cocinarlas con el objetivo de reducir su proceso de deterioro natural. Asegúrate también de que están completamente secas y escurridas antes de colocarlas en el congelador.

Carne

Puedes congelar la carne de cualquier forma, tanto cruda como cocinada. Aunque sí deberás hacerlo en trozos pequeños, ya que cuando quieras disponer de ellos te resultará mucho más cómodo y no será necesario desperdiciar alimento que no vas a necesitar. Ten muy en cuenta que una vez descongelada la carne ya no se podrá volver a congelar porque se alteran todas sus propiedades naturales.

Pescado

Es aconsejable limpiarlo y descamarlo antes del proceso de congelación. Al igual que ocurre con las verduras, fíjate en que está bien seco antes de congelarlo para que no pierda su sabor.

Huevos

Nunca se puede congelar un huevo crudo, podrás hacerlo si previamente se han batido y siempre en un recipiente de cristal. Puedes refrigerar tanto las yemas y las claras juntas como por separado.

Patatas

No toleran el proceso de congelación. Solo puedes congelarlas si están en puré.

Antes de cocinar tus platos confirma qué alimentos se pueden congelar para planificar mejor tus comidas y aprovechar las propiedades y nutrientes de cada producto. Tampoco te olvides de mantener la cadena del frío, es decir, para que los alimentos se mantengan intactos en sus cualidades deja que se descongelen a temperatura ambiente o en la nevera, pero nunca de una forma rápida como por ejemplo poniéndolos al sol o en un radiador.

Si por alguna avería tu nevera se estropea, no debes alarmarte. El Seguro de Hogar MAPFRE te cubre los daños ocasionados en los electrodomésticos, así como la pérdida de alimentos refrigerados. Después, cuando ya tengas tu refrigerador funcionando, puedes volver a tu rutina habitual y recordar qué alimentos se pueden congelar.