La normativa antideslizante de suelos es un aspecto esencial en la seguridad y funcionamiento de cualquier espacio, ya sea en una vivienda, un espacio de trabajo o en unas instalaciones de pública concurrencia. Estas normas tienen como objetivo principal garantizar que los suelos sean lo suficientemente seguros para caminar y que se minimice el riesgo de resbalones y caídas.

En este artículo exploraremos en detalle qué dice la normativa antideslizante de suelo y cómo se clasifican los suelos en función de su resbaladicidad según el Código Técnico de la Edificación (CTE) en España.

Normativa antideslizante de suelos. Una visión general

La normativa antideslizante de suelos en España establece ciertos estándares y requisitos que los pavimentos deben cumplir en términos de resistencia al deslizamiento. Su principal objetivo es prevenir accidentes causados por resbalones y caídas.

En muchos países, estas normas se basan en los estándares internacionales que clasifican las propiedades antideslizantes de los materiales como la norma DIN 51130, que se utiliza ampliamente para medir la resistencia al deslizamiento de los suelos.

¿Cuál es la clasificación de los suelos según el CTE?

Los suelos se clasifican en función de su resistencia al deslizamiento, y esta clasificación es una parte fundamental de la normativa de “Seguridad frente al riesgo de caídas” enmarcada en la Sección SUA1 del Código Técnico de la Edificación (CTE), más concretamente en su Documento Básico SUA Seguridad de utilización y accesibilidad (CTE DBSUA).

En primer lugar, se clasifican los suelos en función de su valor de resistencia al deslizamiento Rd, según la siguiente tabla:

Resistencia al deslizamiento Rd Clase Clase
Rd ≤ 15 0 0
15 < Rd ≤ 35 1 1
35 < Rd ≤ 45 2 2
Rd > 45 3 3

 

En la que podemos apreciar 4 categorías, desde la 0 hasta la 3.

Categoría C1

Los suelos de la categoría C1 son aquellos que tienen una resistencia al deslizamiento relativamente baja. Estos suelos son más propensos a los resbalones y caídas, especialmente cuando están mojados o aceitosos. Se utilizan en áreas donde el riesgo de resbalones es bajo y se suelen tomar medidas adicionales de precaución, como señalización y alfombras antideslizantes.

Categoría C2

Los suelos de la categoría C2 son suelos con una resistencia al deslizamiento moderada. Son adecuados para la mayoría de las aplicaciones comerciales y residenciales y ofrecen un buen equilibrio entre seguridad y facilidad de limpieza. Los suelos C2 son muy comunes en áreas como cocinas, baños y pasillos, así como en superficies secas con una pendiente mayor del 6% en interiores y en zonas húmedas, también interiores, con una pendiente inferior de este 6%.

Categoría C3

Los suelos de categoría C3 son suelos con una alta resistencia al deslizamiento. Estos suelos son especialmente resistentes a los resbalones y son ideales para áreas con alto riesgo de caídas, como instalaciones deportivas, piscinas o ciertas áreas industriales. Se suelen requerir suelos C3 en situaciones donde la seguridad es de suma importancia como en duchas o piscinas.

Tipo de suelo en función del uso del espacio

Por lo tanto, dependiendo del tipo de uso que se vaya a dar a cada espacio o edificación al completo, utilizaremos una categoría de suelo en concreto. Igualmente, este tipo de clasificación también viene recogida en el mismo documento del Código Técnico de la Edificación (CTE DBSUA). La tabla que los clasifica es la siguiente:

Localización y características del suelo Clase
Zonas inferiores secas
Superficies con pendientes menor que el 6% 1
Superficies con pendientes igual o mayor que el 6% y escaleras 2
Zonas inferiores húmedas, tales como las entradas a los edificios desde el espacio exterior, terrazas cubiertas, vestuarios, baños, aseos, cocinas, etc.
Superficies con pendientes menor que el 6% 2
Superficies con pendientes igual o mayor que el 6% y escaleras 2
Zonas exteriores. Piscinas. Duchas 3

 

Cumplimiento de la normativa antideslizante

Para garantizar el cumplimiento de la normativa antideslizante de suelos, es importante seguir los estándares establecidos y llevar a cabo pruebas de resistencia al deslizamiento por parte de los fabricantes para conseguir cumplir con los requisitos de la norma.

Igualmente, para dar comienzo a cualquier actividad comercial o dotacional de cualquier tipo, es obligatorio que un técnico competente compruebe y certifique que el material colocado cumpla con todos los requisitos del CTE a la hora de tramitar la licencia de actividad.

Lo mismo sucede en el ámbito residencial, donde el arquitecto técnico, en su labor de responsable de la ejecución de las obras y según las prescripciones elaboradas por el arquitecto en su proyecto, debe comprobar su idoneidad a la hora de la recepción de los materiales en obra. Cuestión que es totalmente necesaria para tramitar la solicitud de primera ocupación de cualquier vivienda.

Independientemente del cumplimiento de la normativa en el ámbito de la seguridad de utilización respecto a la resbaladicidad de los suelos, siempre pueden llegar a ocurrir accidentes en el hogar, por lo que debemos estar preparados contratando un Seguro de Hogar MAPFRE que te brinde la tranquilidad de saber que estás protegido en caso de incidentes que puedan llegar a afectar a la seguridad de tu hogar en general.

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