Un falso techo es un elemento constructivo que se sitúa a cierta distancia del forjado o techo de obra de una estancia creando un espacio que puede tener distintas utilidades, como más adelante veremos.

Tipos de falsos techos

Existen dos tipos de techos falsos que dan respuesta a diferentes usos:

Falso techo continuo

Estos techos se construyen, normalmente, con paneles de escayola o yeso laminado. Componen una superficie plana sin ningún obstáculo que no se diferencia del techo común.

No pueden ser desmontados para colocarlos de nuevo.

Son los de uso más frecuente en viviendas cuando no se necesita acceder habitualmente al entretecho.

Falso techo registrable o modular

La característica de este tipo de techos es que están compuestos de baldosas cuadradas o láminas de distintos materiales que se instalan sobre una estructura metálica portante anclada al techo de obra.

Su instalación es más sencilla y rápida. Resultan muy prácticos porque se pueden montar y desmontar tantas veces como se quiera para acceder a las instalaciones que van por el entretecho.

Se suelen colocar con mayor frecuencia en locales públicos.

Usos

La instalación de falsos techos ofrece una serie de ventajas que resultan muy interesantes tanto en viviendas privadas como en establecimientos públicos. A continuación, exponemos algunos de los principales usos de su instalación:

  • Aislamiento térmico: una de las principales funciones de los falsos techos es la de servir como aislante térmico, bien por la composición de sus propios materiales o bien porque se añaden aislantes térmicos específicos en el hueco que crean. Aquí te contamos otra forma de aislar una habitación.
  • Absorción acústica: un falso techo resulta muy útil para aminorar los ruidos. La absorción de ruido puede alcanzar unos porcentajes entre el 20% y el 100% dependiendo del material utilizado.
  • Resistencia a la humedad: se suelen instalar sobre todo en baños y cocinas, dependencias en las que la condensación es muy alta.
  • Resistencia al fuego: pueden constituir también una eficaz barrera contra el fuego hasta el punto de retrasar el avance de las llamas hasta un minuto si sus materiales son ignífugos.
  • Mejora estética: la variedad de materiales y acabados que existen hoy en día los convierten en una opción ideal para conseguir una mejora estética de la estancia en la que están instalados. Brindan también la posibilidad de instalar focos empotrados que ofrecen distintas alternativas en decoración. Al mismo tiempo, sirven para ocultar cableados eléctricos y de telecomunicación, tuberías, bajantes, maquinaria, conductos de aire acondicionado, etc., cuya vista resultaría antiestética.
  • Ahorro energético: al instalar un falso techo se reduce un poco el espacio de la estancia, logrando así reducir el tiempo necesario para calentarla o enfriarla con el consiguiente ahorro en energía y dinero.
  • Fácil instalación y acceso: los falsos techos son fáciles y económicos de instalar. Permiten también un fácil acceso a las instalaciones que albergan para efectuar reparaciones, sustituciones, etc., sobre todo si son registrables.

A la vista de todo lo expuesto, la elección del falso techo dependerá de las necesidades de cada vivienda, local, oficina, etc., así como de las características que estas dependencias tengan y de la posibilidad o no de tener que acceder frecuentemente al entretecho para operar en las instalaciones o máquinas ocultas en él. De la misma forma debes elegir tu póliza de Seguro de Hogar MAPFRE: contrata la que mejor se ajuste a tus prioridades y a las características de tu hogar.