El mundo de la fontanería es muy amplio y extenso. Existen una infinidad de materiales, herramientas y circunstancias a tener en cuenta a la hora de arrancar con la instalación completa de fontanería de un cuarto de baño.

Cómo hacer la instalación de fontanería de un baño

Antes de nada, debemos conocer la complejidad que presenta realizar al completo la instalación de fontanería de un cuarto de baño. En cierto modo, esto conlleva una implicación total en el trabajo y asumir que, durante algunos días o semanas, no vamos a poder dar un uso normal a nuestro baño.

Para este tipo de reformas suele ser necesario algún tipo de autorización en forma de licencia, expedida por el organismo oficial correspondiente, normalmente el ayuntamiento de tu localidad. Estas licencias son bastante sencillas y económicas de conseguir, pero es un paso necesario para trabajar con tranquilidad frente a cualquier percance, accidente o molestia de los vecinos.

En todo caso, es necesario tener cierta base de conocimientos en el mundo de la fontanería o de las reformas en general y un compromiso firme para poder realizar el trabajo. Igualmente, es recomendable contar con el asesoramiento de un profesional para algunas cuestiones, bien sea directamente con un fontanero o algún técnico conocedor de obras en general como un aparejador o un arquitecto.

 

Si vamos a sustituir una instalación antigua, lo primero de todo es retirar las viejas tuberías. Por lo general, toda instalación de fontanería suele ir oculta de alguna manera a través de los suelos, techos o paredes de la habitación, así que, lo primero de todo consiste en un proceso de derribo para ir retirando los materiales de acabados como las losas o yesos para a continuación, retirar las tuberías antiguas.

Una vez tengamos todo limpio y retirado, comenzaremos a replantear el diseño y la posición de todas las nuevas tiradas de tuberías.

Es importante tener en cuenta que existen dos principales sistemas:

1. Suministro de agua. Se trata del conjunto de tuberías encargadas de llevar el agua desde el contador hasta los puntos de suministro (griferías y cisternas). Existen dos ramales principales: los de agua fría y los de agua caliente.

Por lo general, el ramal de agua fría viene directamente del contador exterior de la vivienda, mientras que los de agua caliente pasan primero por un termo o algún aparato para calentarla.

Las tuberías de suministro de agua pueden ser de cobre o del actual material multicapa compuesto por varios plásticos que suele ser más versátil a la hora de realizar cambios de dirección.

Su colocación es importante para no tener que asumir muchas pérdidas de presión, así que nos limitaremos a ir colocándolas en el techo para luego ir bajando puntualmente cuando sea necesario para dar servicio a los aparatos sanitarios. Así que, suelen discurrir por el falso techo y posteriormente por el interior de los tabiques.

Es recomendable cubrir las tuberías de agua caliente con un material aislante para evitar pérdidas de calor en tiradas muy largas.

  1. Evacuación de agua o saneamiento. Para evacuar el agua se suelen utilizar tuberías de un diámetro algo mayor, sobre todo en el caso las aguas fecales del inodoro. Estas tuberías siempre son de PVC y los codos o cambios de dirección hay que realizarlos con piezas especiales y asegurando siempre la buena estanqueidad en las uniones para evitar fugas y posibles patologías futuras.

Estos sistemas funcionan siempre por gravedad, así que las tuberías se colocan debajo de cada desagüe y siempre garantizando una pendiente mínima del 2%.

La altura y posición exacta de cada desagüe cambiará en función de las medidas de los aparatos o muebles que vayamos a colocar, por eso es vital replantear el baño conociendo los modelos exactos antes de arremeter con la disposición de las tuberías.

Para evitar malos olores, en necesario colocar siempre algún tipo de sifón. Podemos unir varios aparatos, como ducha, lavabo o bidé en un sifón común registrable que también nos sirva para detectar atranques, o podemos optar por sifones individuales.

En todo caso, estas tuberías deberán colocarse en el suelo con el incremento de altura que ello conlleva una vez coloquemos el pavimento final acabado, o, podemos optar por descolgarlas por el falso techo del piso de abajo. Sin embargo, esta opción puede ser algo más complicada porque implica trabajar desde otro piso (posiblemente habitada por un vecino).