Si eres de los que se fija en los pequeños detalles, seguramente te resulten poco estéticas esas cabezas de todo tipo de clavos asomando por los muebles de madera. La solución para evitar esta imagen no es, ni mucho menos, utilizar grapas o adhesivos que no cumplan a la hora de sujetar la estructura del mueble. Lo más sencillo y eficaz es ocultar los clavos. Pero, ¿es posible? Sí, y nosotros vamos a contarte cuatro formas de hacerlo.

Trucos infalibles para ocultar clavos

Embutir los clavos en la madera

Una de las formas de ocultar clavos es embutiéndolos en la madera, es decir, encajarlos unos milímetros por debajo de la superficie de manera que no sobresalgan.

Para ello, puedes utilizar un botador o, en su defecto, un destornillador de punta de estrella cuyo diámetro sea inferior al del clavo. Coloca el botador o el destornillador sobre el clavo y golpéalo con un martillo hasta que se hunda unos milímetros en la madera.

Esta solución hará que las cabezas de los clavos no sobresalgan de la superficie, pero se apreciará un pequeño agujero que se puede tapar como te contamos a continuación.

Rellenar con masilla

La masilla es una alternativa útil y práctica en la reparación y restauración de todo tipo de objetos. Se trata de un material maleable que se endurece muy rápido y cuya función es la de rellenar grietas y agujeros en materiales como madera, piedra, acero, yeso o plástico.

En nuestro caso, utilizaremos masilla específica para madera: un preparado a base de polvo de madera y resinas con diferentes formulaciones químicas que afectan a sus propiedades y la hacen indicada para usar en interior o exterior, por lo que es importante adquirir aquella que se ajuste a nuestras necesidades. Además, existe en diferentes colores, pudiendo elegir la que más se adapte al tono del mueble.

Su aplicación es muy sencilla. Tras embutir el clavo, lo primero que hay que hacer es limpiar el agujero. Después, se coge una porción de masilla y se amasa hasta conseguir una pasta moldeable y homogénea. A continuación, se aplica sobre la zona con ayuda de una espátula y se deja secar una hora, o el tiempo que indique el fabricante. Finalmente, se lija para que la superficie quede perfecta.

Ocultar clavos con una lasca de madera

Otra alternativa para ocultar clavos es levantar un poco de madera en la zona en que se va a colocar el clavo. Para ello se puede usar una gubia o formón teniendo mucho cuidado de no cortar la pieza entera por error.

Una vez introducido el clavo, se tapa con la misma lasca y se aplica una mano de cola para que quede fija.

Disimular con tapas

Si lo tuyo no es el bricolaje o no quieres complicarte demasiado, en el mercado encontrarás la solución más sencilla para ocultar clavos. Se trata de unas tapas embellecedoras autoadhesivas que cubren por completo el clavo o tornillo. Las hay de muchas formas, colores y acabados, por lo que no será difícil encontrar las que mejor casen con el estilo del mueble.

Aunque son autoadhesivas, recomendamos aplicar unas gotas de pegamento de cianocrilato en la cabeza del clavo para que las tapas queden más fijas.